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Esclerosis múltiple, Alzheimer, Parkinson o autismo: enfermedades con las que se puede confundir la mordedura de una garrapata

La presidenta de la Asociación Lyme Crónico, María González-Camino, advierte que estos parásitos son muy peligrosos para la salud, aunque advierte que no todas las garrapatas transmiten patógenos que dan lugar a patologías

La presidenta de la Asociación Lyme Crónico, María González-Camino

La presidenta de la Asociación Lyme Crónico, María González-Camino

| Palma |

«La enfermedad que nos puede transmitir la mordedura de una garrapata se pueden llegar a diagnosticar erróneamente como si fuesen esclerosis múltiple, Alzheimer, Parkinson o autismo», advierte la presidenta de la Asociación Lyme Crónico, María González-Camino. En este punto, resalta que estos patógenos son muy peligrosos para la salud y se les presta muy poca importancia a las que contagian la enfermedad Lyme; sí se presta atención a las que pueden transmitir la fiebre hemorrágica del Congo.

González-Camino lo sabe bien, ya que su hija fue mordida por una garrapata y padece Lyme. Ante la impotencia de ver cómo el sistama sanitario no le daba respuesta decidió hacerse socia y, posteriormente, asumir la presidencia de la asociación citada con anterioridad. «Llevar la asociación es, para muchísimos enfermos, imposible debido a sus problemas de salud. Tampoco ayuda a quien la padece estar todo el día hablando de ella, atendiendo a personas desesperadas en situaciones muy dolorosas», argumenta.

A esta enfermedad se le conoce como «la nueva gran imitadora porque se confunde con otras como la esclerosis múltiple, el Alzheimer, el Parkinson, el autismo, etc. Además, añade que también «hay muchos pacientes a los que tras ser mordidos por una garrapata se les diagnostica fibromialgia, síndrome de fatiga crónica o se les remite al psiquiatra, haciéndoles responsables de sus males y todo ello porque las pruebas diagnósticas son muy poco sensibles». A su modo de ver, «nos estamos tapando los ojos, como no vemos la realidad, no existe». Por ello, reclama que se elaboren más estudios sobre garrapatas y sus patógenos.

La presidenta de la Asociación Lyme Crónico explica que las garrapatas buscan zonas de piel muy fina para morder, por ejemplo, la cabeza, detrás de la rodilla, en la espalda, dentro del oído, etc. «Esto hace que sean difíciles de ver; en el caso de las ninfas, que son aún más pequeñas que la cabeza de un alfiler, es aún más complicado».

González-Camino resalta que «hay distintas especies de bacterias que puede transmitir la enfermedad de Lyme y otras borreliosis y no únicamente la bacteria Borrelia b.,causante de la citada patología. Además nos pueden inocular otros patógenos como Babesia, Bartonella etc., en cuyo caso la enfermedad se complica». No obstante, lanza un mensaje de tranquilidad, ya que «no todas las garrapatas de este género u otras portan patógenos. Por ejemplo, la garrapata Hyalomma puede transmitir la fiebre hemorrágica del Congo y en España ha habido poquísimas casos de esta enfermedad».

¿Qué enfermedades son las más habituales?

Preguntada por las enfermedades más habituales que puede provocar la mordedura de una garrapata, responde que, «sin duda, la enfermedad de Lyme. En Europa se notifican unos 360.000 casos al año y ahí no está España, por ejemplo, porque aquí no es de declaración obligatoria».

A su modo de ver, es fundamental que España preste más atención a este asunto por varias razones. «Todavía no se conoce bien a esta bacteria ni lo que llega a producir, casi todos los protocolos son copia de los americanos (donde hay muchísima incidencia) y a las aseguradoras no les interesa que haya enfermos crónicos, persistentes o de larga duración porqueresultan muy caros con tratamientos de años», señala.

La presidenta de la Asociación Lyme Crónico reclama pruebas diagnósticas fiables y de consenso. «Las actuales que buscan anticuerpos son muy poco sensibles, por lo que arrojando muchísimos falsos negativos y algunos falsos positivos». También considera fundamental «implantar protocolos de tratamiento teniendo en cuenta que hay enfermos que la padecen durante muchísimos años y no se curan con el protocolo pensado para la primera fase, la fase aguda y para aquellos enfermos que llegan al diagnóstico años después de padecerla». Además, insiste en la necesidad de reconocer las minusvalías, discapacidades e incapacidades para enfermos de Lyme.

Por último, reclama un Centro Nacional de Referencia para la enfermedad de Lyme; que sea de declaración obligatoria en todas las comunidades para todas sus presentaciones y etapas, así como que se considere de diagnóstico diferencial en todas las regiones; y elaborar un mapa de todas las comunidades de Ixodes ricinus y analizar sus patógenos.

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