Aunque una candidatura única puede parecer un escenario favorable, las elecciones a rector de la UIB, que se celebran este miércoles de manera telemática, ofrecen algunas incógnitas. Jaume Carot opta a ser reelegido, en este caso por seis años, y si había alguna oposición a su gestión y la de su equipo (ha habido algunos movimientos en ese sentido) ha sido incapaz de articular una candidatura alternativa.
Sin embargo, durante la campaña electoral se ha activado un movimiento denominado Carot, prou complicitat. Votem en blanc!, que propugna el voto en blanco como modo de alternativa electoral al hasta ahora rector. El objetivo inicial sería que los votos en blanco superasen a los apoyos a Carot y forzar así la repetición de las elecciones.
A la espera de conocer qué fuerza tiene este movimiento que pide el voto en blanco (su grupo de Whatsapp tiene 259 miembros), Jaume Carot tiene otro fantasma electoral que le acecha y al que ha reconocido temer: la abstención. Es decir, que, ante una candidatura única, muchos electores, incluyendo a quienes se decantarían por el rector de los últimos cuatro años, opten por no tomarse la molestia de votar.
Carot teme que el voto en blanco y la abstención le puedan hacer daño. Una mayor abstención puede reforzar el voto en blanco. En la Universidad Autónoma en Madrid, otra rectora aspirante a ser reelegida, Amaya Mendikoetxea, perdía las elecciones el pasado 8 de abril frente al voto en blanco y habrá una segunda vuelta el 2 de junio. Sólo hace unos días que Mendikoetxea ha decidido, formalmente, volver a presentarse.
El último caso de candidatura única en la UIB fue el de Montserrat Casas en 2011 (Casas falleció en 2013). Ganó, pero no obtuvo unos resultados muy favorables, Con una baja participación del 8,67 % (alta abstención en unas elecciones de candidatura única), se emitieron 1,490 votos, de los que Casas se llevó 733 (el 49,2 %) y los votos en blanco fueron 601 (el 40,33 %). Los sufragios nulos fueron 156. Es decir, Casas obtuvo menos de 9 puntos de diferencia frente a un voto en blanco que alcanzó un nada desdeñable 40 %.
Hay que decir que el voto en la UIB no se cuenta individualmente, sino que se pondera por sectores: profesores doctores con vinculación permanente a la Universitat (51 %), resto de personal docente e investigador (12 %), estudiantes (25 %) y, finalmente, personal técnico, de gestión, administración y servicios (12 %). Según el comportamiento de estos sectores, Carot renovará como rector durante seis años o se verá frente a otra cita electoral.
Ha de ser una universidad internacional, no endogámica. No para los mallorquines, sino para los mejores. La cultura y el saber no tienen patria.