A Claudio nunca le había interesado especialmente la historia de sus antepasados; sobre todo, porque «algunos hechos dolorosos de la historia familiar inmediata hacía que no habláramos mucho de ello, nunca tuve grandes inquietudes de joven por saber de donde venía la familia», explica; aunque eso cambió radicalmente durante la pandemia. En aquel momento, el argentino decidió, como pasatiempo, bucear en sus raíces. Y no fue en vano.
Localizó la historia de su bisabuelo mallorquín, Miguel Claudio Xamena Garí, con quien comparte tanto uno de sus nombres como uno de sus apellidos; el 'Xamena', linaje muy concentrado en Mallorca a pesar de tener rastro también en Argentina, sur de Francia y algún rincón de la geografía peninsular española. «Mi bisabuelo vino a Argentina procedente de Mallorca junto a su primo, vinieron juntos a finales del siglo XIX; mi abuelo se radicó en Buenos Aires y el primo se fue a Tucuman, son las dos ramas de Xamena argentinas», explica tras reconstruir buena parte de lo ocurrido en el pasado.
En su tierra visitó el Museo del Inmigrante, un lugar que se construyó en 1906 como un establecimiento hotelero que recibió a la grandísima ola migratoria que llegó a Argentina en los siguientes años y multiplicó la población hasta por diez, la mayoría, italianos y españoles. «Alojaban a los recién llegados unos diez días, les daban hospedaje, comida, etc; hasta que se ubicaban en el país», cuenta Claudio. En los archivos históricos, su bisabuelo no estaba. Afortunadamente pudo consultarlo con una tía abuela, hija del bisabuelo al que seguía los pasos, le contó que «no había entrado por el puerto de Buenos Aires sino que llegó a Brasil y de ahí se movió por vía terrestre».
Internet y las redes sociales hicieron el resto. «Di con grupos que investigaban la genealogía desde Mallorca e incluso uno logró localizar la partida de nacimiento de mi bisabuelo y me la envió. Ahí pude descubrir su domicilio, aunque el nombre de las calles no coincidía con el trazado actual, pero contacté con un grupo de vecinos y ubiqué las vías en Porreres», continúa Claudio.
Según lo descubierto, cree que el propio apellido se origina en el municipio mallorquín; pero además, descubrió otro dato curioso: «Mi bisabuelo trajo el oficio de pastelero a Argentina desde Mallorca, y su padre, mi tatarabuelo, también tenía ese oficio allí en Porreres», cuenta con ilusión. «El broche de oro de toda esta investigación será el viaje que he planeado junto a mi esposa, esta futura visita para conocer la isla y los orígenes de mi familia y nuestro apellido. Conectar con esa parte de mi historia familiar y seguir la rama Xamena en Mallorca es muy motivador para mí», avanza.
Sabe que su tatarabuelo nació en el actual Carrer Rector Llompart, también ha seguido el rastro hasta el Carrer Pou Florit i el Carrer Sitjar. «La gente de Porreres ha sido muy amable, de gran ayuda para mi búsqueda», afirma. Durante su viaje, en el próximo mes de abril, pretende recorrer todos esos lugares en los que ha descubierto que su familia dejó huella. Tenía además la esperanza de localizar algún familiar pero «me dicen que directo no hay ninguno, mucho familiar lejano porque hay muchos Xamena pero ninguno cercano; además mi bisabuelo era hijo único», explica.
Otro de los datos interesantes que quiere compartir es la localidad de San Pedro, a unos 160 kilómetros de Buenos Aires, allí se encuentra la comunidad más importante de emigrantes y descendientes mallorquines por lo que incluso se celebra la 'Fiesta Nacional de la Ensaïmada', en honor a las raíces de la isla. «El oficio de mi bisabuelo y tatarabuelo era el de pastelero, dos o tres generaciones de reposteros de allí de Mallorca, lo he comprobado en los documentos, seguro que hacían ricas ensaïmadas», bromea Claudio, aunque seguro es verdad.
«Creo humildemente que algo queda en la genética de cada uno, de sus ancestros, eso explica el gusto de uno por determinadas cosas, culturales, gastronómicas, hábitos, se puede establecer una conexión desde ahí. Ahora conociendo la isla, se cierra el círculo, quiero tener una experiencia propia en el pueblo de mis antepasados, saber que todos venimos de una misma familia de más de diez generaciones atrás», zanja.
Cap amuntQué pa le to!!