Antoni Bennasar (Inca, 1963), jefe del Servei de Cirurgia Ortopèdica i Traumatologia del Hospital Comarcal d'Inca, toma este jueves posesión como nuevo presidente del Consell Social de la UIB en sustitución de Tomeu Llinàs.
¿Cómo le llegó la propuesta del nombramiento?
Es una propuesta del Parlament y la UIB le dio su visto bueno. Lo que tenía claro era no tener un cargo político sanitario. Voy a ser el segundo presidente del Consell Social de la UIB que ha sido presidente del Col·legi Oficial de Metges de les Illes Balears, después de Miquel Triola.
Tal vez conviene recordar qué es el Consell Social y sus funciones.
Es un organismo, regulado por ley y reglamentos, que ejerce el control de la sociedad sobre la UIB como universidad pública y sufragada con nuestros impuestos. Con 21 miembros, están representados todos los estamentos sociales. No hay ninguna institución pública con un control social tan exhaustivo como el que tiene la UIB: Govern, Parlament, consells, Ajuntament de Palma, sindicatos, pequeña y mediana empresa, cámaras de comercio, la propia Universitat... Están todos los poderes políticos, económicos y sociales, y controlan presupuesto, grados y premios, entre otras cuestiones.
Representación social, pero no tiene mucha visibilidad.
Con Tomeu Llinàs, el Consell Social de la UIB ha ganado peso específico y una mayor visibilidad. Se trata de reforzarlos.
¿Cuáles serán sus primeras actuaciones?
En primer lugar, conocer el ecosistema universitario y ponerme a disposición del rector, Jaume Carot, y de su Junta de Govern. A partir de ahí, trabajar en el reconocimiento social de la Universitat. El Consell Social tiene que actuar como cordón umbilical entre la sociedad y la UIB.
Para el próximo curso, dos nuevos grados: Farmàcia y Ciències de l'Activitat Física i l'Esport.
Sí, siempre son importantes las nuevas titulaciones y éstas dos se esperaban desde hace años. Se encuentra en tramitación Ciències de la Mar, que debe convertir la UIB en un referente nacional en esta cuestión. Hablando de nuevas titulaciones, hay que recordar la implantación de Medicina en 2016, que ha supuesto un motor de investigación y un estímulo para nuestros hospitales. Los resultados MIR han demostrado el alto nivel de nuestra Facultat de Medicina. Precisamente, una de las funciones del Consell Social es hacer ver a la UIB y a los políticos la necesidad de nuevas titulaciones.
¿No teme que la fuerza que ha tomado la FP, con una altísima inserción laboral, desplace la frase tradicional de ‘estudia una carrera'?
Hay algunos ciclos de FP que pueden tener facilidad para acceder a la universidad. Realmente, con la FP puedes llegar donde quieras, incluido un grado universitario. Antes no era así. Los gobiernos apuestan por potenciar la FP y hacen bien.
En el caso de Balears, ¿sociedad y Universitat se han dado la espalda?
Una y otra han vivido de espaldas. Considero que la UIB debe acercarse más a la Part Forana de Mallorca y reforzar su presencia en Menorca y Pitiüses. En algunos municipios, sobre todo los mayores, sería interesante promover conferencias y llevar profesionales y expertos que pongan en valor a la Universitat y lo que aquí se hace.
¿No deberían hacerlo también los políticos a la hora de tomar decisiones?
Por supuesto. Todo el trabajo de investigación que hace la UIB debería ser aprovechado por los responsables políticos y ponerlo al servicio de la sociedad. Me parece absolutamente esencial y toda la labor universitaria no puede hacer otra cosa que enriquecer la acción política. En el caso de la sanidad sí está funcionando esta simbiosis, pero podríamos ampliarla a ámbitos como el turismo o la agricultura, por ejemplo. La UIB puede ayudar a desarrollar los objetivos de las instituciones y el Consell Social puede intervenir en ese proceso.
Se está preparando un servicio de inspección en la UIB.
Sí. Al parecer, será una oficina externa a la propia UIB que evaluará cátedras y grados, realizará auditorías y acreditaciones, y certificará idoneidades. Hay muchas universidades en las que este servicio ya funciona y no hay que temer intervencionismos ni intromisiones. Como normalmente se dice, siempre respetando la libertad de cátedra.
Otro tema eterno: la nueva residencia de estudiantes. ¿Campus o Palma?
La nueva residencia me parece esencial en estos tiempos de altos precios de la vivienda para la gente que viene de fuera. Es importante que el alumno se sienta cómodo sin un gasto excesivo. En mi opinión, la residencia tendría que hacerse en el campus, que se construyó en un determinado lugar y allí debe crecer.
¿Qué futuro ve para la UIB?
Esplendoroso. Tenemos que confiar en la UIB como base del conocimiento. Eso sí, tiene que demostrar en el día a día que está a a la altura de la sociedad.