Hecha la ley, hecha la trampa. Dos semanas después de que Ultima Hora publicara los colapsos diarios en el aeropuerto de Palma, y pese a la barrera instalada para disuadir de la práctica, persiste la problemática. Decenas de vehículos continúan aparcando sobre los carriles de acceso a la terminal de Llegadas, ahora, sobre el carril y el arcén izquierdo. ¿El objetivo? No pagar el párking, gratuito solo durante los primeros 10 minutos. Así, metros antes de llegar a Son Sant Joan, los conductores se topan con una sorprendente y larga fila de coches estacionados, que llegan a ocupar la autopista.
Guerra abierta entre AENA y Cort
Las aglomeraciones, agravadas en las últimas semanas, están provocando malestar entre los pasajeros y entre las autoridades competentes del aeropuerto. El Ajuntament de Palma y AENA eluden responsabilidades al respecto, en lo que se ha convertido en una guerra abierta entre ambos. «Es importante tener en cuenta que AENA no tiene capacidad para sancionar cuando se produce una mala práctica, lo que sí hace es avisar a la Policía Local, ya que es la autoridad competente», informaron fuentes del aeropuerto a este medio.
Por su parte, desde el Consistorio aseguraron que «a AENA le corresponde la vigilancia del aparcamiento y lo hace con el servicio de seguridad contratado». Por otro lado, advierte que «la Policía Local da servicio a toda la ciudad y no puede tener una unidad de forma permanente en este punto. Por este motivo AENA tiene el contacto directo para solicitar la presencia de Policía Local en momentos de necesidad urgente. Durante estos días no lo solicitó».
«Un día puede ocurrir una desgracia»
«Como no saben a qué hora va a llegar el familiar, aparcan fuera y ocupan la curva hasta que se meten en los carriles de llegada al aeropuerto. Los taxis tenemos que ir haciendo zig zags para entrar en el aeropuerto, esquivando a los coches que se paran. Esta semana, un autobús de la EMT, como había tantos coches, tuvo que meterse por el arcén, dar la vuelta y poder esquivar a los vehículos», exponía a principios de abril a este periódico Xisco Sánchez, taxista palmesano, indignado ante la peligrosidad de esta nueva costumbre. «Un día Si un conductor algún día va muy lanzado por la carretera puede ocurrir una desgracia».