Sorprendente, pero cada vez más habitual. Una larga fila de decenas de coches colapsan a diario los accesos a la terminal de Llegadas del aeropuerto de Palma, llegando a ocupar la salida de la carretera. Los conductores estacionan en uno de los dos carriles de acceso, a la espera de la llegada de sus familiares o amigos, para evitar entrar en el aparcamiento y tener que abonar la tarifa, tras los primeros quince minutos gratuitos. «Algún día habrá un accidente», advierte Xisco Sánchez, taxista palmesano, que da la voz de alarma ante la estampa que se encuentra cada día. En sus doce años al frente de un taxi de Ciutat, hasta estas últimas semanas, asegura, nunca había visto nada parecido.
«Como no saben a qué hora va a llegar el familiar, aparcan fuera y ocupan la curva hasta que se meten en los carriles de llegada al aeropuerto. Los taxis tenemos que ir haciendo zig zags para entrar en el aeropuerto, esquivando a los coches que se paran. Esta semana, un autobús de la EMT, como había tantos coches, tuvo que meterse por el arcén, dar la vuelta y poder esquivar a los vehículos», critica Sánchez. La saturación se produce en especial a última hora de la tarde, pero sucede cada vez con mayor frecuencia.
Si bien es cierto que en la temporada turística del año pasado algunos conductores estacionaban en las inmediaciones del aparcamiento, recalca el taxista, eran pocos y no se formaban escenas como las de ahora. Acabado de inaugurar el mes de abril, Sánchez teme que esta práctica vaya a más en los próximos meses estivales, ante la numerosa llegada de turistas que se espera en Mallorca. «Si un conductor algún día va muy lanzado por la carretera puede ocurrir una desgracia», advierte.