–¿Tiene algún tipo de explicación de los múltiples viajes que realiza con diferentes vehículos?–, preguntó este viernes el fiscal en el juicio en la Audiencia de Palma a un hombre acusado de recibir en Mallorca 15 kilos de cocaína escondidos en una furgoneta desde Tarragona.
–Es evidente, me dedico a la compraventa de vehículos. En el informe que usted tiene faltan infinidad de vehículos. Yo empecé en este negocio comprando coches clásicos que vendía en una tienda de compraventa en Tarragona. Trabajo con coches, es lo más normal del mundo que yo vaya de arriba abajo con coches.
El teniente fiscal Adrián Salazar preguntó al enjuiciado por sus continuas visitas en coche a zonas como Son Forteza Nord, Son Gotleu o Corea. «En Son Forteza es donde está el taller. A Corea también iba a un mecánico y, aparte, soy consumidor y en alguna ocasión he comprado cocaína. Allí vende todo el mundo…»
–¿Cuántas veces ha ido?
–Bastantes. ¡Tengo dinero para poder comprar coches y droga! No tengo dinero para comprar un coche de alta gama, me parece que es simple.
El representante del Ministerio Público preguntó al procesado por un Porsche Macan que conducía a pesar de que supuestamente lo había comprado su prima por 20.000 euros. «Le dije: ‘Hay esta oportunidad de ganar paste, puedes doblar la inversión’. Yo compraba coches de muy bajo valor, por 1.000 o 1.500 euros y los vendía por 3.000. Cuando se trataba de coches de más valor yo no podía acceder a ellos y tiré de mi prima», sostuvo.
El acusado aseguró que trabajaba en la economía sumergida y que pagaba 15.000 euros al año por un adosado en la calle Mar Blanca, en Playa de Palma, donde se instaló hacía un tiempo tras la muerte de su hija de 19 años tras sufrir un accidente de moto en 2019.
«Intentaba ir cada mes a Tarragona porque mi hija está enterrada allí. Fue el motivo por el que me fui de Tarragona. Yo cometí un error hace casi 20 años y se me está persiguiendo por aquel error toda mi vida. No he vuelto a vender drogas, yo de todo esto no sé nada», subrayó.
Furgoneta
La Policía Nacional y funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera interceptaron la madrugada del 31 de octubre de 2023, en la calle del enjuiciado, una furgoneta Mercedes Citan conducida por el otro acusado, que exculpó a su compañero y reconoció ayer en el juicio que la droga era suya y que había cobrado 2.000 euros por transportarla a Mallorca. «Aproveché la compraventa de coches para hacer algunos viajes. Me dirigía a casa de un vecino del otro encausado para dormir allí y luego dirigirme al barrio Verge de Lluc para dejar la furgoneta».
La Fiscalía reclama una condena de ocho años y medio de cárcel para cada uno de los acusados por tráfico de drogas y sendas multas que ascienden a cinco millones de euros.