En su perfil de Facebook compartía fotografías con un Jeep Wrangler de color rojo que arrastra una moto de agua y otras de varias motos de carretera y, también, de cross. «La habitación de mis juguetes», escribía en una de las publicaciones en 2014 en las que aparecen los vehículos.
El hombre, español de 46 años, no tenía trabajo conocido, según ha manifestado este lunes en el juicio en la Audiencia de Palma un agente del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) que lo investigó y detuvo en colaboración con la Policía Nacional.
El individuo y otro procesado están acusados de introducir 15 kilos de cocaína en Mallorca desde Tarragona en octubre de 2023. El fiscal pide una condena de ocho años y medio de cárcel y una multa de cinco millones de euros para los dos sospechosos, que declararán el viernes por petición de sus defensas.
El instructor de las actuaciones del Servicio de Vigilancia Aduanera ha comentado que recibieron una información en febrero de 2023 de que uno de los acusados, que tiene una condena por tráfico de drogas, había trasladado su residencia a Palma, «donde no era conocido por las fuerzas policiales, para continuar con la actividad. Estaba introduciendo cocaína oculta en las caletas de los vehículos que viajaban en ferri de Barcelona a Mallorca».
Los funcionarios detectaron que los dos acusados y otro investigado utilizaron 32 vehículos entre los tres en dos años. Eran viajes muy breves. «Encaja con la operativa que hemos visto otras veces». Una agente del SVA ha explicado que realizaron vigilancias a uno de los supuestos narcotraficantes y constataron que no trabajaba, que cambiaba mucho de coches y introducía en barrios conocidos por la venta de droga.
–¿Puede ser compatible con un consumidor?– ha preguntado uno de los abogados defensores.
–Es compatible que vayan a comprar, pero los hechos son que había un coche el 31 de octubre que entró en el domicilio de uno de los acusados cargado con 15 kilos de cocaína.