Incluso en los sucesos más remotos, casi siempre se encuentra implicación mallorquina. La Isla parece tener conexiones infinitas con cualquier parte del mundo. Prueba de ello son los profesionales que han partido hacia la zona de los terremotos, o la turca Neyla Bicaci, residente en Mallorca, con amigos en Hatay, una de las provincias de Turquía más afectadas por la catástrofe. Sabe que están sepultados bajo uno de los edificio colapsado. Llevan cinco días bajo los escombros, pero Neyla no pierde la esperanza de encontrarlos con vida.
Sobre el terreno, algunos conocidos le han hecho llegar la falta de coordinación y los fallos logísticos: «Hay pueblos en los que tienen comida pero no ropa de abrigo, y viceversa. No estábamos preparados para algo así». Ayudante de la enóloga titular de la Bodega Macià Batle, nació en Estambul y se sintió muy afectada por los terribles acontecimientos. La afectación ha sido compartida entre sus compañeros, los cuales decidieron que, en la medida de sus posibilidades, harían una recaudación de productos para enviar a Turquía a través de ella, como muestra de aprecio y solidaridad. Desde los trabajadores de los viñedos hasta dirección, recopilaron este viernes ropa de abrigo, alimentos y medicinas en un palé que han enviado al consulado turco de Barcelona. De ahí, volará hasta el territorio cero del desastre.
Recogida de ayuda para enviar a Turquía
Pese a la incertidumbre, Neyla ha hecho de tripas corazón y se ha dispuesto a organizar más envíos de ayuda hacia Turquía. Desde el próximo lunes, cualquier ciudadano podrá participar. De lunes a viernes, entre las 8h y las 16h, se abrirá una nave industrial para que todo aquel que lo desee pueda llevar ropa, mantas, medicinas y comida en conversa para las víctimas de los terremotos. El espacio se ubica en el Polígono de Son Castelló, en la calle Can Valero número 36, con un cartel identificativo pidiendo ayuda para Turquía. Cada jueves se enviará la recolecta a Barcelona hasta el 9 de marzo.