El Colegio de Arquitectos de Baleares pide, en las alegaciones presentadas al proyecto del tranvía de Palma, que aumente la coordinación entre las diferentes administraciones a la hora de desarrollarlo y critica la falta de estudios que evalúen y avalen aspectos tan esenciales como la planificación de rutas alternativas una vez empiecen las obras, la forma en la que afectará al tráfico en las diferentes zonas por las que transcurre o la incidencia acústica y efectos de las vibraciones en los edificios.
Así, en un documento dirigido al conseller de Mobilitat del Govern balear, Josep Marí, y fechado el pasado 13 de diciembre, los arquitectos repiten varias veces, y en diferentes ámbitos, el concepto de coordinación y piden que se aplique no sólo entre los promotores, «no es suficiente con definir las obras», sino con otras formas de movilidad urbana para conseguir una red de transporte publico eficiente en un futuro municipio que sea sostenible y respetuoso con el entorno.
También aseguran que no han podido localizar en el proyecto «la necesaria justificación de su coordinación» con el planteamiento urbanístico vigente y apuntan al Plan General de Ordenación Urbana, PGOU, al de Mobilitat, PMUS, y a la declaración como Conjunto Histórico del centro de Palma y Avenidas. En este sentido, y relacionado con el Plan General de Palma, apuntan que el proyecto redactado «no considera el tranvía como una infraestructura verde con espacios de uso preferente para viandantes y bicicletas». Otro ejemplo se refiere a que en la actuación del tranvía, el carril bici queda relegado en muchos tramos, incumpliendo el Pla de Mobilitat, «a una situación secundaria pasando por calles laterales» y obviando que la mayoría de estas vías para bicicletas desembocan en las Avenidas.
El documento, que comienza con una breve descripción y las características básicas del proyecto, también aboga por que la actuación incorpore una «propuesta de interacción espacial» con el municipio, «fent ciutat», y que se consideren otros tipos de vehículos que eliminen las catenarias y su más que probable impacto visual. Para ello hablan de tranvías con baterías eléctricas o de hidrógeno e incluso de tranvías autónomos con ruedas de goma, sin vías, «que son más asequibles y más rápidos de implantar, reduciendo las molestias a los ciudadanos». Sobre la mitigación de efectos del proyecto en el cambio climática, el colegio profesional «observa» que no está previsto la utilización de ninguna fuente de energía renovable y apuestan por incorporar una planta solar fotovoltaica.
Por último, los arquitectos critican que el plazo que han tenido para estudiar y presentar las alegaciones «es claramente insuficiente» para hacer un estudio «de forma seria y profesional» por lo que piden que se amplíe.
No lo pagamos nosotros, sino el gobierno central, o sea todo el resto del país. Por una vez encuentro que se hace justicia con las Islas. En el pasado nos han exprimido y ahora toca devolver. No deja de ser un experimento social: trasporte gratuito en toda la isla, muchísima gente dejará de emplear su vehículo y optará por lo público y gratuito, podrán mejorar líneas y frecuencia, con lo que el servicio se hará más cómodo, el efecto bola de nieve...