Viernes 5 de agosto de 2022. Los Reyes acababan de celebrar la tradicional recepción a las autoridades de las Islas; Pedro Sánchez se había quitado la corbata y obligaba a poner el aire acondicionado a 26 grados como mínimo. Media Europa estaba de vacaciones y una buena parte de los turistas europeos eligieron Mallorca: ese día había en Mallorca 1.474.021 personas de manera simultánea, la mayor concentración humana de la historia de la Isla. El 5 de agosto fue la jornada en la que convivieron en Mallorca más turistas y residentes, con más gente en las playas que nunca, más turistas circulando con sus coches de alquiler para ver el atardecer en sa Foradada o en Formentor y más residentes con sus coches particulares intentado reservar una mesa en la terraza de algún restaurante que no estuviera a rebosar en ese momento.
El Institut Balear d'Estadística (Ibestat) puso este miércoles cifras a la «sensación» de saturación a la que se refirió en una rueda de prensa el conseller de Model Econòmic i Turisme, Iago Negueruela: casi un millón y medio de personas al mismo tiempo en Mallorca, una cifra nunca vista hasta ese día de agosto. La temporada de éxito turístico de la que habla el Govern y algunos empresarios está basada en cifras reales. Mallorca se ha recuperado con creces de la crisis temporal provocada por la COVID en los años 2020 y 2021. Hay que remontarse al año 2017 para encontrar un mes de agosto parecido al de este año y en esa temporada la llegada de turistas fue menor y el récord del año fue de 1.473.873 personas a la vez en un día en la Isla.
Se dispara la población
Para entender el volumen turístico alcanzado este año basta con comparar los datos de presión humana con los de población. Los últimos datos del padrón señalan que Mallorca tenía una población de 912.544 habitantes. Es decir, ese 5 de agosto señalado en rojo en el calendario demográfico de Mallorca había en la Isla un 61 % más de población de la que vive habitualmente en la Isla, un aumento excepcional. El debate sobre la saturación urbanística que ha centrado buena parte del verano en Mallorca tiene razón de ser a la vista de las cifras publicadas por el Ibestat. Es Mallorca la isla donde hay una mayor presión humana, si bien Menorca también supera todos los registros con 228.677 personas al mismo tiempo, por encima de las 224.486 que se alcanzaron en 2017, el año que había fijado el récord hasta este mes de agosto.
También en la isla de Formentera hubo más gente que nunca y por primera vez en su historia se superaron las 40.000 personas en un solo día, pero el récord de Baleares, que sigue intacto el 9 de agosto de 2017, no se batió porque en Eivissa la saturación fue ligeramente inferior a la de otras Islas. El mes de agosto se cerró allí con un máximo de 319.736 residentes y visitantes, por debajo de los 336.902 que hubo en agosto de 2017. Baleares, por tanto mantiene el récord global en los 2.071.124 de hace cinco años. Este mes de agosto, el día de más presión humana de la Comunitat, ese 5 de agosto, había en Baleares 2.048.863 personas de manera simultánea. El debate ecologista, centrado este verano en la saturación, también tuvo respuesta por parte del Govern, que aseguró que, por primera vez en la historia, se ha aprobado una reducción de plazas turísticas.
Punto de vista
La presión sostenible
Germà VentayolCualquier pueblo de la Península multiplica su población durante las fiestas patronales por tres y por cuatro, saturación que, en principio, no parece preocuparles demasiado. Y es que todo es cuestión de magnitudes y de permanencia en el tiempo, además de la adecuación de los servicios. En Balears la sensación de saturación se confirma por la enorme llegada de visitantes durante meses y la falta de dotación de los servicios públicos. Así todo se hace insostenible.