¿Qué va a hacer el Rey de España? ¿Va a firmar los indultos a los políticos presos del procés? Estas dos preguntas se hace medio país desde hace días. Y para aclarar esta situación, tiremos de nuestra Constitución , que es muy clara: el Rey Felipe VI tiene la obligación de firmar el indulto sin posibilidad de oponerse ni pronunciarse sobre su idoneidad.
Según el artículo 62 de la Carta Magna, el monarca 'ejerce el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales'. Esto quiere decir que no puede pronunciarse sobre el contenido de los mismos ni es responsable de ellos. Es decir, el Rey tendrá que firmar los indultos si así lo acuerda el Consejo de Ministros tras deliberar sobre la propuesta, la cual es expuesta por el titular de Justicia, en este caso el ministro Juan Carlos Campo.
Todo esta polémica surgió el pasado fin de semana cuando Isabel Díaz Ayuso, presidenta del Comunidad de Madrid, cuestionó públicamente que Felipe VI debiera rubricar los indultos auspiciados por el Gobierno de Pedro Sánchez. Ayuso llegó incluso a preguntarse si se haría cómplice al Rey de esta decisión.
El caso de Bélgica, 36 horas sin rey
Sobre la mesa se ha puesto el caso del rey Balduino de Bélgica, quien en abril de 1990 renunció al trono durante 36 horas aduciendo objeción de conciencia para no firmar la ley del aborto. Cuando la ley fue aprobada por el Parlamento y el Senado de su país, el Rey Balduino pidió al gobierno de su país que encontrase la fórmula para que su firma no apareciera en esta ley.
Para ello, el Consejo de Ministros recurrió al artículo 82 de su Constitución, que decía que ante «la incapacidad temporal para reinar del representante de la Corona», sus poderes constitucionales quedarían de forma provisional en manos del Gabinete.
En el caso de Felipe VI, no puede acogerse a la libertad de conciencia, porque no tiene opción, ya que, en su caso, se trata de una cuestión meramente formal.