Eva Ledesma es una voz autorizada para hablar de juego y niños especiales. La autora de El viaje de Bermellón es psicóloga general sanitaria de profesión, experta en Atención Temprana y en Trastornos del Espectro Autista (TEA), además de madre de dos niños pequeños.
La profesional comparte en general la petición de Catalina, la madre de Palma que pide un parque universal adaptado para toda clase de niños y de niñas con independencia de su condición, puesto que «a través del juego los pequeños aprenden muchas cosas, entre ellas la sociabilización, que es muy importante para ellos, el sentirse integrados para favorecer la autoestima y el autoconocimiento, la aceptación, etc. También se estimula la psicomotricidad, que a la vez mejora el lenguaje y la coordinación mano-ojo».
«A nivel familiar, todo el núcleo se siente integrado en la sociedad. De este modo aumenta el bienestar de la familia además de encontrar apoyo en familias en la misma situación», apunta Ledesma.
Por si fuera poco «el juego favorece la sociabilización y la aceptación entre los padres y también se normaliza la diversidad funcional frente a la sociedad». «Asimismo, los niños con dificultad de movilidad mejoran su tono muscular y concilian mejor el sueño. También mejora las condiciones cognitivas y la expresión de las emociones de los niños», resume la especialista, como principales atributos de algo tan necesario como el juego.
Con respecto a la petición de contar en Palma con un parque más adaptado y seguro, la psicóloga cree que «está genial que lo pidan porque es verdad que no hay nada. Aunque bien es cierto que el de la Riera no está del todo adaptado, ya es un avance que se pueda acceder desde el suelo y no por una escalera», considera la experta, que por su faceta progenitora conoce de primera mano las instalaciones de este tipo en Palma y alrededores.
En este sentido reconoce que en la mayoría de parques de la capital balear «si tienes una persona con silla de ruedas o con dificultad en la movilidad lo tienes complicado para poder jugar». «Además, muchos aun tienen arena, aunque ya se ven muchos con suelo acolchado», una fórmula que protege y salva el escollo de las dificultades a la movilidad que este material conlleva.