La pandemia del coronavirus ha arrasado con muchos de los locales emblemáticos de la ciudad. Este martes se ha conocido la noticia del cierre de Casa Vila, pero no se trata de un caso aislado. Desde que llegase la nueva normalidad a nuestras vidas, han sido muchos los comercios que se han visto obligados a cerrar sus puertas.
La difícil situación sanitaria, las restricciones para frenar los contagios y la caída de la economía han hecho que mantener un negocio se convierta en una lucha diaria. Bares, panaderías, tiendas de ropa, comercios electrodomésticos, incluso, el último videoclub de Ciutat han tenido que bajar la barrera.
Estos son algunos de los comercios históricos que han cerrado durante el último año:
Casa Vila. La casi centenaria Casa Vila de fotografía anunció este lunes su liquidación y cierre. Decenas de personas pasaron por la tienda de la plaza de Santa Eulàlia atraídas por el cartel y para interesarse por las causas de esta medida y los artículos que se venden rebajados al 50 %.
Bar Mónaco. El bar Mónaco, emplazado en una esquina de la calle Nuredduna, es un local que abrió hace 95 años como cabaret, se transformó en un bar con peluquería en su interior y en la actualidad ha seguido la línea de ofrecer cafés, meriendas y menús del día. La actual propietaria desde hace una década, Isabel García, de 57 años, explicó en diciembre de 2020 «la situación actual nos ha ahogado, es insostenible».
Elèctrica Nyegos. Joana, copropietaria de Elèctrica Nyegos, explicó que se iba a jubilar pero que la crisis causada por la pandemia ha acelerado el cierre. «Una de las cosas que recordaré con más afecto es la buena relación que hemos establecido con los clientes. Alguna vez incluso nos han invitado a sus bodas», aseguró en el mes de septiembre a este periódico. También cerró Electrodomèstics Ses Columnes: la propiedad los justificó con una nota: «Varias circunstancias agraviadas por la actual pandemia».
Forn d'es Recó. el popular horno palmesano del barrio del Puig de Sant Pere, cerró el mes de junio sus puertas tras más de 92 años de existencia. Gestionado por las hermanas María Antonia y Cristina Reina, el horno se vio afectado por la caída de la demanda provocada por la crisis del coronavirus y la nueva política comercial de incremento de los alquileres de locales comerciales ubicados en el centro de Palma.
Jayton. Tras muchos meses de lucha, Jayton bajó la persiana en el mes de noviembre tras 53 años dedicados, sin interrupción, a la alta moda masculina y, en concreto, a la sastrería. Esta decisión se acordó cuando la familia propietaria hizo pública la noticia de liquidación por cierre con descuentos del 70 % en toda la tienda hasta fin de existencias.
Pieles de Mallorca. Después de 35 años, en el mes de noviembre la aventura de Pieles de Mallorca llegó a su fin. «Debido a la situación actual, y tras pelear muchos meses, hemos decidido finalizar esta etapa», compartió Ian Borrego, CEO de la empresa, en las redes sociales. La firma puso todos sus productos en liquidación hasta echar la persiana.
A tres Bandas. Este café, hace 30 años, era el punto de encuentro de los vecinos, que pasaban allí las horas jugando al billar. En los últimos 13 años, Magdalena Cantalapiedra, junto a su socio Víctor Muñoz, rescataron este lugar reconvirtiéndolo en un encuentro cultural que mezcla todas las artes bajo el sello balear. El virus devoró en cuestión de meses el futuro de estos socios, que anunciaron en agosto su cierre temporal debido a la crisis provocada por la pandemia.
Bodega Santa Clara. Después de cuatro años luchando por mantener con vida una de las pocas tiendas de vinos y vermuts con estilo arcaico y con tradición mallorquina, Uta Gritschke cerró las puertas de su Bodega Santa Clara en junio de 2020 (antigua Sifoneria de Intersecció Art), ubicada en el barrio de sa Calatrava, en pleno Casco Antiguo de Palma. Los inicios de esta peculiar bodega se remontaban en 2010. Los sifones del antiguo negocio, el servicio de vinos a granel y la atmósfera «de barrio» caracterizaban a este pequeño local.
Sa Fonda de Sóller. El local, regentado por el chef Rafa Martínez, cerró el pasado mes de julio por una subida del precio del alquiler. El proyecto de Martínez llevaba 18 años en funcionamiento y se había curtido en las cocinas más prestigiosas.
Universal Video. El último videoclub en activo de Palma, colgó el cartel de liquidación total y cierra sus puertas tras 36 años de funcionamiento. Este videoclub abierto en 1986 contaba con unas 20.000 películas en la tienda y además dispone de un almacén donde guarda otras 60.000, aproximadamente. Universal Video actuaba como mayorista y servía películas a otros clubes, que poco a poco han ido cerrando.
Restaurante Bon Lloc. Después de 42 años como referente en cocina vegetariana, el restaurante vegetariano bajó la persiana este mes de enero de 2021. Su cierre se produce marcado por las dificultades económicas y sociales generadas por la pandemia. Bon Lloc nació en 1978 de la mano de Aina Llucia Clar, Mikel Mantxola y Macià Bibiloni, en aquel entonces se ubicaba en el carrer del Morer de Palma, detrás de la basílica de Sant Francesc.
Bar Chicho. Este local, ubicado desde hace 40 años en la calle Ticià de Palma, era famoso por servir caña y tapa a un euro.Juan Pedro Alarcón, de 64 años, después de 18 regentando el Bar Chicho bajó la persiana en septiembre de 2020.
Peletería Marqués. La peletería más antigua que quedaba operativa en Ciutat se vio obligada a cerrar en julio de 2020 por la caída de la demanda y la falta de ventas propiciada por la nula actividad comercial desde el inicio de la pandemia.