Consciente de que algunas críticas le han 'llovido' por su salto desde la lucha social y empresarial en las calles, movilizando a miles de ciudadanos en Palma, a la política de la mano de Sumam, Víctor Sánchez -líder del movimiento La Resistencia- está convencido de que su integración en el partido es una oportunidad para «conseguir lo que no hemos podido por la vía más visceral. Ha quedado claro que la única forma de combatirles es desde dentro». Sánchez traspasa su negocio y da un giro a su lucha.
Algunas voces ya opinaban que acabarían tentados por algún partido político y así ha sucedido. ¿Por qué Sumam?
-Me di cuenta de que después de todas estas manifestaciones no conseguimos nada. Y se te presenta un partido que te ofrece algo que te hace creer que es posible cambiar las cosas. Nos hemos unido a un partido que es pequeño, de centro, sin conflictos,... un partido limpio. Nuestras protestas no han conseguido que nadie dimita y vamos a intentar luchar con sus reglas, desde dentro. No somos políticos, pero sí vamos de mano de la gente y creemos que podemos aportar y ayudar. Es verdad que dije que no tenía intención de involucramente en política. Pero no puedo volver a abrir mi negocio, he decidido traspasarlo y no voy a encontrar trabajo ahora. ¿Cómo puedo ayudar? Dando voz desde mi experiencia.
Les han vinculado con la derecha, y se han reunido con algunos líderes de estos partidos. ¿También les tentaron a sumarse?
-Es cierto que nos reunimos con PP y Vox. Vox sí nos preguntó si queríamos unirnos a ellos, como petición informal. Pensaron que era de su línea, pero no me siento de su cuerda. Mis convicciones no van en la línea de Vox. Yo voy más por el centro.
Esa relación ya con algunos partidos, ¿cree que pudo desvirtuar su mensaje y alejar a mucha gente?
Es que se nos acercaron todos, creo que para darnos apoyo. Y a partir de ahí ya empezaron a decir que si éramos de la ultraderecha. Nada más lejos de la realidad. Como le digo, en el centro del río se navega muy bien. Si te vas a un lado u otro, igual te das con la orilla.
¿Qué es lo que realmente les hizo tirar la toalla en la lucha en la calle?
-No hemos tirado la toalla. Sí es cierto que decidimos dar un paso al lado porque somos gente corriente y muchas cosas nos superaron, como el tema de las amenazas, los seguimientos, pinchazos telefónicos...No lo hemos denunciado porque nos faltan las pruebas, pero lo sé por todo lo que ha pasado. No es un paso atrás, yo he intentado que mucha gente saliera bajo mi escudo y al final no sólo multaron a mí, también a otros. Pero seguiremos defendiendo a la gente que se ha visto afectada.
- ¿Cómo cree que pueden hacerlo?
Pues a los que ya no pueden abrir vamos a ayudarles a que el Gobierno se vea obligado a indemnizarles.
-Tiene su restaurante en traspaso, una multa y dice que no han conseguido nada. ¿Se arrepiente?
Me arrepiento de no haber podido defender a toda la gente que estaba conmigo. Igual tendría que haberlo hecho de otro modo para que nadie estuviera en peligro. Lo que lamento de todo esto es no haber podido conseguir lo que quería, que era abrir, y haber tenido que poner mi negocio a la venta. No me arrepiento de nada más. Me encanta haber tenido que ver algo en que la gente saliera, se uniera y peleara. Estoy también contento de que CAEM y PIMEM también hayan dado un golpe sobre la mesa.
-¿Siente que ha fracaso?
He sentido un sofocón al abrir mi negocio para que lo vean compradores. Era mi sueño. Tenía premios y buena clientela, pero levantarse sabiendo que debes muchos miles de euros es pelear sabiendo que todo lo que hago sólo es para pagar deudas y deudas.
-¿Ya ha recibido la multa por la manifestación?
No. Creo que la multa será de unos 200.000 euros y he tenido que desaparecer porque no paraba de llorar, necesito solventar la situación para no dejar deudas a mi hijo.
-¿Le ha arruinado el cierre o la multa?
No, a mí me ha arruinado el cierre. Porque si yo puedo abrir, puedo ir pagando día a día. Eso no me daba miedo, con trabajo lo sacas, pero como no te dejan abrir se acumulan las deudas, también los recargos. Y llevo ya 40.000 euros.
-¿Todo este movimiento acaba aquí con su salto a la política?
Yo creo que se ha creado todo un movimiento ciudadano, creo que va a ser el inicio de lo que se puede denominar unas nuevas formas. Todo el mundo se pensó que yo era una especie de mesías y que podía ayudarles. He visto tanta injusticia... La paz es el único camino y el diálogo, y creo que este movimiento ciudadano se tiene que ver representado en algún partido político. Creo que toqué el sentimiento de la gente para salir a la calle pero no me gusta verme tan enfadado en algunos momentos. Puede que alguna vez me equivocara en las formas pero el mensaje era puro, nosotros salimos a la calle porque queríamos abrir, necesitamos abrir para poder comer.