El Ministerio de Sanidad va a proponer este miércoles por la tarde a las comunidades autónomas restringir la movilidad de las personas que vivan en municipios con más de 500 casos positivos de COVID-19 por 100.000 habitantes, entre otros criterios.
¿Cómo afecta esta medida a Palma? ¿Tendrá que cerrar la capital balear? Con la situación epidemiológica actual no, ya que la capital balear no cumple ninguno de los requisitos propuestos por Sanidad.
En el caso concreto de la incidencia acumulada, desde la Conselleria de Salut han precisado que la de Palma es de 205,98 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Por tanto, queda bastante lejos de los 500 casos establecidos por el Ministerio. Además, han destacado que lleva 16 días consecutivos bajando.
Ciutat tampoco llega a la tasa de positividad fijada para restringir la movilidad, exactamente se debe superar el 10 % en las últimas dos semanas. La de Palma en los últimos siete días (Salut no ha facilitado la de 14) es del 3,99 %.
Palma tampoco tiene el nivel de ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) fijado por el departamento de Salvador Illa, que tiene que ser del 35 %. La Conselleria de Salut ha informado que a de Palma es del 24,1 %.
Otro de los requisitos que se tienen que dar para restringir la movilidad es que al menos, el 90 % de los casos detectados en el municipio se correspondan con brotes no familiares perfectamente identificados y controlados; tampoco se da en la capital balear.
No obstante, Salut ya ha realizados restricciones de movilidad en ocho barrios de Palma, correspondientes a las zonas sanitarias de Son Gotleu y Arquitecte Benàssar para reducir el número de contagios de coronavirus. Los resultados están siendo positivos y algunas de las medidas ya se han aliviado. Además, este miércoles se ha anunciado el cierre de una ciudad completa como Ibiza ciudad.
¿Qué pasa con los municipios más pequeños?
El mallorquín especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Joan Carles March, considera que «es bueno que haya unos criterios claros encima de la mesa», pero advierte que «habría que tener en cuenta qué se hace en ciudades más pequeñas o en barrios», y pone como ejemplo lo que se ha hecho en Palma.
A su modo de ver, «el umbral de incidencia acumulada de 500 es muy alto», así como que se deberían tener en cuenta también otros indicadores y la evolución de la pandemia.
March considera que cuando se realizó el proceso de desescalada «la interpretación de estos indicadores no estaba sujeta a umbrales sino que se hacía un análisis conjunto teniendo en cuenta el contexto y todos los factores condicionantes que pueden influir sobre la epidemia. Ese plan establecía multitud de indicadores, desde los más generales (número de casos, hospitalizaciones...) a los más específicos (tiempo entre fecha de inicio de síntomas y la fecha de consulta en casos confirmados, número de contactos estrechos identificados, etc)», explica.