Kersten, Georg, Dani, Gabriela y Johannes son cinco de los alemanes que han reestrenado este lunes el turismo internacional en España después de tres meses de cierre por la pandemia y han coincidido en que en Mallorca, el primer destino en abrirse del país, se sienten seguros frente al coronavirus.
Minutos antes de las 11.00 horas ha aterrizado en el aeropuerto de Palma el vuelo que los ha traído desde Düsseldorf, el primero del plan piloto impulsado por el Govern balear para probar los protocolos de seguridad que regirán cuando se reabran de forma generalizada las fronteras a visitantes europeos.
Han llegado en medio de una expectación mediática que en Mallorca no se vivía desde los días clave del juicio del caso Nóos, con periodistas de medio centenar de medios flanqueando un pasillo abierto para ellos por la policía y seguridad privada en la zona de llegadas, un cordón que se ha visto totalmente desbordado.
El primero en salir ha sido Kersten, que viajaba solo con una mochila porque tiene casa cerca de Manacor, aunque ha contratado un paquete con vuelo y hotel con el turoperador TUI, el principal de los agentes turísticos privados involucrados en el plan piloto.
«Todo el mundo estaba feliz en el avión», ha explicado Kersten, «tranquilo» respecto a su salud porque sabe que en Mallorca la situación sanitaria es similar a la de su país.
La misma impresión tenía Georg, que viene a Mallorca «varias veces al año» y confía en disfrutar de «unas vacaciones tranquilas» acompañado de su pareja. «Amamos la isla», ha enfatizado.
Dani, también acompañado de su pareja, llevaba dos semanas de vacaciones en casa cuando escuchó la «buena noticia» de la puesta en marcha del plan piloto y se lanzó a hacer una reserva para pasar unos días en un hotel de Palma.
A Dani, como a otros turistas alojados en el hotel Riu Concordia, el personal del hotel les ha recibido con aplausos a su llegada al establecimiento, que ha sido acondicionado para cumplir con las medidas de seguridad sanitarias establecidas para prevenir la expansión del coronavirus.
Un caso especial entre los viajeros del primer vuelo turístico a España de la «nueva normalidad» es el de Johannes, de 65 años. El ha venido a su casa de Palma, una ciudad que conoce desde hace casi 30 años.
Al no tener su residencia legal en Mallorca, no había podido viajar a la isla, pero ahora ha decidido hacerlo para casarse con su novia, brasileña residente en la capital balear a la que no ve desde hace cuatro meses y con la que quiere formalizar su relación en el castillo de Bellver. El miércoles tiene previsto acudir al Ayuntamiento para poner el proceso en marcha.
La idea original del Govern balear era adelantar la reapertura de fronteras en Baleares dos semanas respecto al conjunto de España, pero finalmente el Gobierno ha fijado el 21 de junio como fecha de apertura a los países del espacio Schengen.
Aunque este cambio de planes desdibuja el proyecto, se mantienen los vuelos 47 vuelos previstos en el plan piloto prevé traer a Mallorca, Ibiza y Menorca a 10.900 viajeros alemanes, que quedan exentos de mantener la cuarentena de 14 días que hasta el domingo sigue siendo obligatoria para el resto e viajeros que vengan del extranjero.
En esta primera semana los vuelos incluidos en la iniciativa son 7 (6 en Mallorca y 1 en Ibiza) en los que viajarán unos 1.500 pasajeros.
Para el Govern de las islas, cuya presidenta, Francina Armengol, ha ofrecido una rueda de prensa en un hotel reabierto para subrayar la importancia del proyecto, lograr recuperar parte de una temporada turística que ya debía haber comenzado es vital para reducir el impacto del parón por el coronavirus en la economía de las islas, estimado inicialmente en el 30 % del PIB anual.
«Porque cerramos los primeros y hemos sido muy responsables, ahora podemos abrir los primeros», ha enfatizado Armengol, que ha recordado que la baja incidencia de la COVID-19 en las islas y ha pedido responsabilidad a los turistas para cumplir con las medidas de prevención establecidas.
Los turistas que han llegado este lunes y continuarán viajando a Baleares en el marco del plan piloto tienen que cumplimentar un cuestionario de salud, ser sometidos a un control de temperatura a su llegada y facilitar su teléfono para que los servicios públicos sanitarios de las islas puedan hacer un seguimiento de su estado de salud.
En caso de detectarse algún positivo de COVID-19, los enfermos asintomáticos o con síntomas leves serán trasladados a apartamentos contratados por el Govern balear y, en caso de ser necesario, se les ingresará en hospitales públicos. Las personas de su entorno inmediato también serán sometidas a control para evitar la propagación de posibles brotes.