Ha sido uno de los mallorquines con más poder en Madrid y bajo su mando dirigió a 150.000 policías nacionales y guardias civiles. Joan Mesquida, exmando único policial entre 2006 y 2008 y en la actualidad vicesecretario de estrategia de Ciudadanos, concede una entrevista a Ultima Hora para abordar el polémico cese del coronel Diego Pérez de los Cobos por el informe del 8M, critica que ha sido «una intromisión en toda regla del Gobierno» y que el ministro Marlaska ha ejercido de «inquisidor».
¿Cómo se encuentra?
—Después de cuarenta días de hospital y 300 horas de quimio le puedo decir que estoy como si me hubiera pasado por encima un tren de mercancías (ríe). De cualquier manera, también quiero decirle que estoy muy bien de ánimos.
Nadie mejor que usted para valorar el escándalo por el cese de Pérez de los Cobos.
—Lo que está pasando con la Guardia Civil es un episodio muy grave. El ministro Marlaska se puede decir que ha hecho una purga en la Dirección General de la Guardia Civil, ha sido un inquisidor político, tratando de poner a disposición del Gobierno a altos mandos de la Dirección General de la Guardia Civil. Dicho de otro modo, han querido poner a este cuerpo al servicio de la política del Gobierno.
¿Ha sido una intromisión del Gobierno?
—Es una intromisión en toda regla, eso es evidente. Y nadie se cree las explicaciones que ha dado el ministro Marlaska en el sentido de que la destitución de Pérez de los Cobos no tuvo nada que ver con el informe por la manifestación del 8M.
Usted es amigo del coronel. ¿Ha hablado con él?
—Pues sí. He contactado con él estos días, aunque por razones obvias no puedo desvelar lo que hemos hablado, es algo privado. Desde luego le puedo confirmar que está afectado por todo lo que ha pasado. También creo que la forma en la que llegó su cese a él lo hace más grande. No se quiso plegar a una orden ilegal.
¿Cómo resumiría el papel del ministro Grande Marlaska en la crisis con la Guardia Civil?
—Ha hecho una utilización perversa del poder por lo que le he comentado antes, que ha intentado poner a disposición del Gobierno a altos mandos de la Guardia Civil. El cese del coronel ha sido arbitrario e injusto. Y no recuerdo una crisis tan profunda en este cuerpo en la Democracia.
Y eso que superaron lo de su director general, Luis Roldán.
—Pero eso fue un episodio distinto. Fue un tema de corrupción. Lo de ahora es una intromisión clara del ejecutivo en la Guardia Civil, algo muy grave.
Tras la destitución del coronel presentó su dimisión el número dos de la Benemérita, Laurentino Ceña.
—El Director Adjunto Operativo (DAO) quiso mostrar de esta manera su disconformidad con el cese de Pérez de los Cobos. Y hay que recordar un dato muy importante: todo esto ocurre en pleno estado de alarma, con el país sumido en el desastre por la pandemia, con los posibles repuntes de la enfermedad que pueden llegar y con las previsiones de que puede aumentar la inseguridad ciudadana. Un mal panorama.
¿Se ha equivocado el Gobierno con la Guardia Civil?
—Le voy a decir una cosa: la Guardia Civil es un cuerpo muy disciplinado. Si Pablo Iglesias o Podemos esperan que le echen un pulso al Gobierno es que no los conocen. La Guardia Civil aceptará cualquiera decisión del ejecutivo. Otra cosa es que les genere malestar.
La ministra Margarita Robles dijo que no había peligro de insubordinación.
—Estoy totalmente deacuerdo con ella. Nadie alterará el orden.
Tras su paso por el Ministerio del Interior, ¿sigue en contacto con mandos policiales?
—Desde luego, dejé grandes amigos. El director general de la Policía, Francisco Pardo Piqueras, es un gran amigo, fue secretario de Estado de Defensa. También soy patrón de la Fundación Policía y nos reunimos cada dos o tres meses. Y soy guardia civil honorario, hay 16 ó 17 en toda España. El Rey es uno, también el escritor Lorenzo Silva, el doctor Barraquer, el actual duque de Ahumada o el exdirector del CNI, entre otros.
Entre 2006 y 2008 Alfredo Pérez Rubalcaba le nombró mando único de la Policía Nacional y la Guardia Civil. ¿Funcionó el invento?
—Tuve muchísimo trabajo, se lo aseguro. En total eran más de 150.000 hombres y mujeres, más que todo el Ejército español. Pero se ganó mucho en coordinación, valió la pena.
Parece que Podemos no tiene muchas simpatías por las Fuerzas y Cuerpos de seguridad.
—No le gustan nada. Y para verlo basta ir a la hemeroteca y leer lo que decía Pablo Iglesias sobre que disfrutaba cuando veía que agredían a los antidisturbios.
Pero curiosamente los que velan ahora por su seguridad en su chalet de Galapagar son guardias civiles.
—Así es, lo que son las cosas. La Guardia Civil recibe órdenes y las cumple. Es un cuerpo muy disciplinado, por eso me duele tanto lo que está pasando ahora con la intromisión del Gobierno.
¿Sigue la actualidad policial en Baleares?
—Por supuesto que sí. Al jefe superior de Policía, Gonzalo Espino, lo conocía de cuando llevaba la seguridad de la Moncloa y con el coronel jefe de la Guardia Civil, Alejandro Hernández, tenemos amigos comunes.
¿Cómo valora el trabajo de los dos mandos?
—Pues la verdad es que ambos son estupendos. Hacen un gran trabajo y le puedo asegurar que hemos tenido mucha suerte en Balears con estos dos nombramientos.