Pedro Pueyo (Palma, 1951), propietario de la cadena Oasis Hotels & Resorts, falleció este sábado en Madrid. Empresario atípico supo a lo largo de toda su vida profesional estar a las duras y a las maduras con sus socios y proyectos empresariales.
Fue en los años 80 alma mater del proyecto hotelero Royaltur junto a su presidente y fundador Jaime Moll, con quien acabó en pugnas judiciales por la disputa de la propiedad de varios establecimientos hoteleros de la cadena.
Persona agradable, pero con una visión de los negocios muy americana, supo con el paso de los años dar rienda suelta a su faceta de emprendedor, aunque fijó su residencia habitual en el el Caribe al tener allí la mayor parte de sus negocios hoteleros e inmobiliarios.
La disputa con Jaume Moll se saldó con la propiedad de varios hoteles de Royaltur, que fueron el germen de lo que luego se convirtió en la cadena Oasis.
En 1986 compró la aerolínea Andalusair, la cual paso a denominarse Oasis Airlines, que comenzó sus operaciones usando aviones MD-83 en vuelos chárter desde Reino Unido, Escandinavia y otros puntos de Europa a España. Poco tiempo después, Oasis adquirió Aerocancun y el Airbus A310-300 fue introducido tanto en Oasis Airlines como en Aerocancun.
Fue en esta época cuando conecto personalmente y profesionalmente con el presidente de Banesto, Mario Conde, que se convirtió en socio suyo en Oasis. Fueron años de bonanza, de grandes inversiones y de fichajes estrellas de pilotos, en los que Oasis Airlines marcó un antes y un después en la historia de la aviación comercial en Mallorca, sede de las principales charters españolas.
La relación entre Pueyo y Conde ha durado hasta su muerte. Ambos durante todos estos años han tenido que sobrellevar diversas vicisitudes judiciales por sus operaciones, pero Pueyo supo sobreponerse y seguir adelante con su trayectoria en México, en concreto en Cancún. Pueyo llegó a contar con el 3 % de Banesto, lo cual le confirió en Madrid una patina especial en los años del pelotazo que se prodigaron en los años previos a la Expo de Sevilla, en 1992.
Durante 1990, el grupo Oasis invirtió en otras aerolíneas como Aerovaradero y Private Jet Expeditions. La guerra del Golfo, en 1991, fue el inicio de una serie de reveses económicos que provocaron la quiebra de su aerolínea matriz.
No le gustaba prodigarse por Mallorca, ya que fijó su cuartel general en la Riviera Maya. En sus visitas a la Isla, en la cual daba rienda a una de sus grandes aficiones, la náutica, intentaba pasar desapercibido. Su relación con Mario Conde fue para él más un lastre que un activo, de ahí que prefería estar en lugares donde podía pasar desapercibido.
En la Riviera Maya, en concreto en la zona próxima a Tulum, tenía un chalet donde pasaba largas estancias y donde coincidió en más de una ocasión con Mario Conde.
Pionero, visionario, innovador y humano, son características que definen a este empresario desconocido en Mallorca.