Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron ayer por la mañana a tres personas, dos adultos y un menor, como posibles responsables de la interrupción, el pasado día 9, en la parroquia de Sant Miquel de Palma, en la que un grupo de manifestantes accedió al interior del templo e interrumpió la celebración de la eucaristía con gritos a favor del aborto. El pasado viernes, el Bisbat presentó una denuncia por los hechos ocurridos, ya que dicha acción podría ser constitutiva de un delito.
El Grupo de Información del CNP procedió al arresto de ellos a la salida de su domicilio y les imputa un delito contra los artículos 523 y 524 del Código Penal: «El que en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses».
El menor fue puesto en libertad al mediodía y los dos mayores fueron puestos en libertad con cargos tras prestar declaración en los juzgados por la tarde.
Nada más conocer la noticia de las detenciones Alerta Solidària i Arran Mallorca convocaba una concentración frente a la comisaría de la carretera de Valldemossa y una segunda protesta, por la tarde, frente a los Juzgados de Via Alemanya.
Desde la izquierda independista se denunció que la Policía Nacional identificó a todos los concentrados, «amenazándonos con sanciones de 3.000 euros y con cargas, para evitar que mostráramos nuestra solidaridad a los detenidos».
Tanto Més como las Juventudes del PSM consideraron exagerada la reacción de los responsables eclesiásticos, de denunciar la acción. En cualquier caso, la diputada de Mes Fina Santiago dejó claro que no estaba de acuerdo con el método de la protesta, al igual que no lo está tampoco el diputado del PSIB Vicenç Thomàs.
Mientras que la portavoz del PP Mabel Cabrer lamentó la entrada en la iglesia como el hecho de que Més considere exagerado que se haya denunciado a la policía.