El curso escolar arrancó ayer marcado por la convocatoria de una huelga a partir del próximo lunes 16. Numerosos centros colgaron en sus fachadas pancartas con la frase: ‘Aviu no és un dia normal' y miles de docentes y alumnos acudieron a los centros con la camiseta verde en defensa de la escuela pública y en contra del decreto para el Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL). La primera tarea de los profesores fue informar a las familias de la huelga y sus motivos, algo que pilló por sorpresa a más de un padre o madre; una mayoría la apoya, pero también se escucharon voces preocupadas por la incertidumbre.
La versión ofrecida por la Conselleria d´Educació fue otra: «El curso ha comenzado con normalidad, no ha habido incidentes educativos de ningún tipo», aseguraba a media mañana el secretario autonómico de Educació, Guillem Estarellas.
Sobre la huelga, declaró que «se debería plantear por qué se hace, si se hace para que los escolares no puedan tener una asignatura en inglés o no puedan avanzar hacia caminos europeos creo que es bastante grave; si se hace por cuestiones laborales, debo recordar que nos hemos reunido con los sindicatos y hemos hecho toda una serie de propuestas». Y añadió que «estamos preparando un calendario de negociación con los sindicatos», que no precisó cuándo comenzará, «y se les llamará para cada uno de los puntos en los que podemos trabajar, pero la derogación o aplazamiento del TIL no es discutible», dejó claro. Sobre los docentes que deberán aplicar el TIL, recordó que el curso pasado se formaron 3.800 docentes y que este curso sólo hacen falta 570.
Cada día de huelga le costará al docente entre 100 y 120 euros, cálculo realizado a partir del sueldo medio de los docentes, de entre 2.300 y 2.600 euros brutos mensuales.
Proyectos
En este contexto, la FAPA-Mallorca solicitó ayer a la Oficina del Defensor de Pueblo que envíe a alguien para mediar en este conflicto, «porque los ciudadanos estamos desamparados», declaró Vicenç Rodrigo. El lunes esperan tener una respuesta.
Desde las patronales de la escuela concertada, Escola Católica y CECE, mientras tanto, se informó de un inicio de curso tranquilo, aunque no del todo normal, porque «el malestar existe, es palpable», reconoció Marc González, asesor legal de la patronal mayoritaria. De hecho, Escola Catòlica espera un seguimiento de la huelga entre sus trabajadores mayor del que se preveía antes de lo sucedido el pasado viernes 6, con la aprobación del decreto ley por parte del Govern, que exaltó mucho los ánimos de los docentes.
La Unión de Cooperativas. que aglutina a siete centros y unos 5.000 alumnos, espera un seguimiento de la huelga alto por parte de sus trabajadores.
El presidente de la Asociación de Directores de Secundaria, Antoni Quintana, declaró, por su parte, que por responsabilidad los centros que aún no tengan listo el proyecto educativo adaptado al real decreto lo tendrán en breve, a más tardar la semana que viene. Por último, la Associació d´Inspectors d´Educació manifestó su apoyo a la huelga «ante la escasa voluntad negociadora de Educació».