«La Capitanía General de Balears estuvo dispuesta a incorporarse al golpe de Estado del 23-F», asegura Julián Delgado, uno de los coautores del libro 'El golpe de Estado del 23-F en Balears' junto con Antonio Miralles. Ambos, entonces, eran militares y vivieron en primera persona los avatares de aquella jornada desde sus respectivas responsabilidades y que ahora plasman en un libro que se presentará mañana en el Centre de Cultura de Sa Nostra de Palma.
El libro aporta, «con rigor», tal y como destaca Delgado, datos precisos sobre cómo se vivió la intentona golpista del teniente coronel Antonio Tejero en la cúpula militar de las Islas, la cual detentaba el entonces capitán general Manuel de la Torre Pascual.
Respecto al grado de implicación, la investigación de Delgado y Miralles apunta que «se hizo un bando y se estuvo en contacto con el teniente general Milans del Bosch», según indica Julián Delgado, el cual advierte que desde la Capitanía General «se hicieron todos los preparativos» para secundar la asonada.
Segundo nivel
Uno de los aspectos más desconocidos de aquél episodio en Balears fue el papel que jugó el segundo nivel del mando militar en la Capitanía General de Balears, en especial el que realizaron los entonces teniente coronel Ricardo Ramos y el comandante Herrero, entonces en el Estado Mayor de Capitanía «que hicieron todo lo posible para retrasar las órdenes que recibían de sus superiores y ajustarse al máximo a la legalidad constitucional».
Ambos oficiales redactaron un completo informe de lo sucedido aquellas horas en la Capitanía General, el cual remitieron al teniente general Gutiérrez Mellado.
El 23-F no tuvo ninguna repercusión directa en la estructura del mando militar en Balears, aunque a los pocos meses el capitán general De la Torre fue sustituido en diciembre de 1981 por el teniente general mallorquín Antonio Pascual Galmés.