Los dos guardias de seguridad de la prisión de Nueva York que estaban encargados de vigilar la celda del millonario Jeffrey Epstein, fallecido en un aparente suicidio el sábado, se durmieron y falsificaron el registro para encubrir su error, según publica este miércoles The New York Times.
El diario, que cita a varios agentes del orden y funcionarios de prisión conocedores del caso, señala que esa información trascendió el martes, cuando el Departamento de Justicia anunció que ponía en «baja administrativa» a dos empleados y que reasignaba a la alcaidesa del Centro Correccional Metropolitano.
Epstein, de 66 años y acusado de crear una red de tráfico sexual de menores hace una década en sus mansiones de Nueva York y Florida, debía recibir visitas cada 30 minutos y, de acuerdo al NYT, eso es lo que indicaron falsamente que habían hecho los dos guardias en el registro de la unidad del penal donde se alojaba.
No obstante, tres funcionarios dijeron al rotativo que los guardias habían estado durmiendo «en parte, o todas» las tres horas previas al suceso, por lo que si se confirma que falsificaron las entradas del registro podrían enfrentarse a un delito federal.
La muerte de Epstein en prisión está siendo investigada tanto por el FBI como por el Departamento de Justicia, pero el fiscal general de EE.UU. y titular de esta última cartera, William Barr, ya adelantó que hubo «irregularidades» en la cárcel y que habrá «rendición de cuentas».
Según medios de comunicación locales, que citan fuentes cercanas al caso, los abogados de Epstein solicitaron a finales del mes pasado a las autoridades de prisiones que retiraran a su cliente del programa para la prevención del suicidio.
La defensa hizo esta petición tras mantener reuniones de hasta doce horas diarias con el acusado, después de un supuesto intento de suicidio el pasado 23 de julio, y se le impuso un estatus especial por el que debía recibir visitas y estar acompañado en su celda.
No obstante, el compañero de celda de Epstein no estaba, ya que había sido transferido recientemente, lo que supone una infracción del protocolo del penal.
La muerte repentina y en extrañas circunstancias del magnate ha hecho que circulen numerosas teorías conspiratorias sobre su fallecimiento debido a los personajes con los que se relacionaba el millonario, como el expresidente Bill Clinton (1993-2001); el príncipe Andrés, duque de York; o el actual mandatario, Donald Trump.