Resuelto el enigma constructivo de la Catedral de Mallorca. Un estudio desvela que la Seu se empezó a construir en el siglo XIII, poco después de la conquista catalana aragonesa de 1229, y no a principios de 1306, el año que se menciona en la documentación histórica tradicional.
El libro L'evolució constructiva de la Catedral. Història, tècniques i materials en els llibres de fàbrica (1570-1630), de Miquel Ballester Julià, documenta e interpreta por primera vez el 40 por ciento aproximado de la superficie de la Catedral y su finalización. En el estudio desvela algunas incógnitas hasta ahora nunca resueltas como por ejemplo la importancia de la antigua mezquita y de la fachada principal.
El autor aporta por primera vez una lectura integral del proceso constructivo de la Catedral durante 400 años, desde los inicios en el siglo XIII hasta la finalización del templo en el siglo XVII.
Ballester, que es miembro del grupo de Conservación de Patrimonio Artístico Religioso de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), ha investigado los datos históricos inéditos sobre la construcción de este edificio «excepcional», que se alzó sobre una antigua mezquita musulmana. La Catedral de Mallorca conserva todo su espacio original, fabricado entre los siglos XIII y XVII.
La investigación de Ballester, dirigida por la doctora en Historia del Arte de la UIB Mercè Gambús, también documenta y explica la lógica constructiva de la última fase del levantamiento del edificio, que corresponde a un 40 % de la superficie total comprendida entre las cuatro últimas naves y algunas capillas laterales.
Con la publicación de este libro queda afirmada la idea de que la arquitectura de la Catedral de Mallorca, realizada a lo largo de 400 años, es el resultado de un proceso constructivo en el tiempo, con una lógica estructural propia, determinada por las técnicas y los materiales utilizados.
«La investigación realizada por Ballester modifica la cronología general de la construcción, da datos históricos inéditos sobre el espacio en el que se construyó la fábrica, en conexión con la mezquita y el urbanismo, y analiza la metodología constructiva, enlazando el obra vieja y la obra nueva. El templo, por primera vez, ha sido estudiado en su integridad constructiva y sus efectos deberán manifestarse en la revisión o afirmación de las líneas de investigación hasta ahora desarrolladas en este ámbito», asegura en el prólogo de la obra la doctora Mercè Gambús.
Aportaciones inéditas
En el estudio también se modifica la cronología constructiva del templo. Por un lado, aporta nuevas informaciones que sitúan el inicio de la construcción del templo ya en el siglo XIII, pocos años después de la conquista de 1229. De este modo, el autor avanza casi medio siglo el inicio de las obras de la Catedral, que la historiografía tradicional había situado en el año 1306, en el codicilo testamentario de Jaime II, que dispone la construcción de la capilla de la Trinidad como ámbito funerario de la dinastía de los Reyes de Mallorca.
En cuanto a la finalización del templo, Ballester la alarga hasta 1630, con la construcción de la fachada principal, casi tres décadas después de la bendición del portal Mayor o de la Almudaina (1601), que hasta ahora se consideraba la conclusión de la Catedral. Con todo, las aportaciones de Ballester apuntan a que la construcción de la Catedral de Mallorca se habría prolongado de mediados del siglo XIII al primer tercio del XVII, en conjunto casi cien años más de lo que se creía hasta ahora.
Ballester documenta y explica la lógica constructiva de la última fase ejecutada de la construcción de la Catedral (entre los años 1570 y 1630), que corresponde a un 40 por ciento de la superficie del templo, nunca interpretados hasta el momento.
Sobre la construcción de la fachada principal o de la Almudaina, el autor documenta un dato desconocido y decisivo para el estudio de la Catedral: registra el año 1503 como el de inicio de la construcción de la fachada principal, por lo que plantea la hipótesis de que en ese año el perímetro de la Catedral ya estaba definitivamente diseñado. La reconstrucción que hace permite visualizar una fachada de tradición sagreriana que enlaza con el gótico tardío del portal lateral de l'Almoina y de la fachada de la Casa de l'Almoina, creando un entorno monumental gótico cohesionado.
A la vez, Ballester establece las diferentes fases constructivas de la fachada, desde 1503 hasta 1630, y las relaciona con la metodología constructiva adoptada para fabricar las cuatro nuevas navades. Ballester argumenta la hipótesis formal y funcional de la mezquita en el interior de la Catedral, como elemento predeterminante de la construcción. Así, el autor apunta que no solo las naves de la Catedral se construyeron sobre el anterior templo musulmán, sino que la mezquita determinó la orientación espacial y las dimensiones de la Catedral.
El conjunto de la obra de Ballester también aporta información clave para la conservación del templo. El autor da datos importantes sobre los materiales utilizados en la construcción, como las canteras, la piedra, la madera, los metales, las tierras, las gravas y los aditivos, los conglomerados y las colas, el barro cocido, las fibras vegetales, el vidrio y el agua.