MARIANA DÍAZ
Los arqueólogos que trabajan en las torres del Temple han encontrado «parte de un arco islámico» que podría ser la puerta de entrada de la fortaleza o almudaina de Gumara. De momento, y mientras siguen repicando las paredes del edificio, Llorenç Vila y Noemi Prats trabajan sobre esta hipótesis, aunque aún deberán llevar a cabo pruebas para elaborar su interpretación final. Además, también ha salido a la luz el cuerpo de guardia de la parte inferior de la fortaleza.
Cabe recordar que tras la razia pisano-catalana de 1113 a 1115 que arrasó la ciudad islámica, se construyó la fortaleza o almudaina de Gumara, de las que formaban parte las torres del Temple, que también se denominan de Gumara.
Según ha explicado Llorenç Vila, «hemos documentado parte de un arco islámico construido con bloques de marés que habría sido desmontado parcialmente para la construcción del arco que, actualmente, da paso al interior del recinto».
Entre los indicios sobre los que los arqueólogos proponen su hipótesis destaca que este arco islámico tiene una anchura de 1,70 cms y es más alto que el que se conserva en la actualidad. Estas medidas se corresponden con las «dimensiones documentadas en la muralla medieval».
Por otra parte, el tapial (arcilla, cerámica y mortero de cal), que es el material con el que están construidas las torres, va por encima del arco.
La excavación ha dado otra sorpresa. «Se ha podido constatar la existencia de un cuerpo de guardia construido con tapial que se adosa a la estructura del arco», explica Vila, y añade que «de este cuerpo de guardia se ha podido recuperar un tramo importante del revocado interior».
Según el arqueólogo, estos restos estructurales son «de los más antiguos documentados hasta el momento en todo el conjunto de las torres del Temple y, por tanto, su evaluación será clave para el proyecto de restauración».
Para interpretar los resultados de la excavación, los arqueólogos llevarán a cabo diferentes pruebas o análisis. Entre ellas, Vila resalta las de termoluminiscencia y luminiscencia estimulada ópticamente, que permitirán datar el momento en el que fraguó el tapial con un error del 20 por ciento.
A lo largo de los siglos, las torres sufrieron muchas intervenciones. «No sabíamos hasta qué punto quedaban estructuras originales, por lo que haber encontrado el arco islámico es esencial», comentó Ferran Tarongí, director general de Patrimoni del Ajuntament de Palma.
Cabe recordar que el edificio del Temple pertenece a Cort y que esta excavación se hace según «unos pliegos técnicos», lo que sucede por primera vez en Ciutat.
«Esta forma de organizar los trabajos arqueológicos también se ha utilizado para Can Serra, que ya ha salido a concurso», según apuntó Ferran Tarongí, que también es arqueólogo.