Revolución en la zona ancha del Real Mallorca

El Real Mallorca insiste en la reforma de su centro del campo. Sumergida de lleno en el mercado, la entidad balear ha puesto el foco en la zona que más cuidados requiere y está volcado en dos operaciones que implicarían tres movimientos de peso y un cambio muy significativo en la fisonomía del grupo. Por un lado, la dirección deportiva intenta desatascar el tema de Sergi Darder, que pese a llevar unos días bien encarrilado ha perdido algo de velocidad a la espera de que se llegue a un acuerdo entre los dos clubes. Por el otro, falta que se haga oficial el intercambio entre Iddrisu Baba y Samú Costa, que además lleva implícito el pago de una cantidad cercana a los tres millones de euros por parte de los de Son Moix al Almería. El objetivo es abrochar las dos maniobras cuanto antes y sumar efectivos, pero el hecho de que falten todavía más de tres semanas para que se cierre el plazo de inscripción de futbolistas permite a todas las partes medir al milímetro sus movimientos.

El gran objetivo ahora mismo es hacerle un lazo al fichaje de Sergi Darder y redactar el epílogo perfecto al segundo gran culebrón tras el de Cyle Larin. El centrocampista de Artà es el señalado para dotar de personalidad al centro del campo y la situación para el Mallorca es mucho más favorable que a principios de verano. De hecho, el deseo del jugador es vestir de rojo y negro esta próxima temporada y reorientar su carrera en una isla que dejó hace ya muchos años para crecer deportiva y personalmente. De momento solo lo impide esa falta de encuentro en las cantidades que hay sobre la mesa, algo que en cualquier caso debería solucionarse a corto plazo durante ese tira y afloja final al que han llegado las conversaciones. Pese a que en las últimas horas el posible interés del Celta amenaza con complicarlo todo.

El club vigués, que podría desprenderse de su gran perla, Gabri Veiga, tendría así capacidad para mejorar la propuesta económica que ha formulado el Mallorca, tanto al Espanyol como al propio Darder. Sin embargo, todavía no han movido sus peones sobre el tablero y la voluntad del futbolista es firme: quiere jugar en Son Moix.

El otro faro de la actualidad ilumina al estadio de los Juegos Mediterráneos, donde se ha tejido parte de una operación que, sobre el papel, parece beneficiosa para el Mallorca y el Almería. El club andaluz se ha interesado por Baba por expreso deseo de su entrenador, Vicente Moreno, que le dirigió en sus mejores funciones. El ghanés acaba contrato el verano que viene (2024) y teniendo en cuenta que el Leganés conserva todavía un porcentaje de sus derechos en el caso de venta, a la SAD balear el intercambio con Samú Costa le ayudaría a sacarle partido. El centrocampista portugués, de solo 22 años, ya fue pretendido durante el pasado mercado de invierno y el Almería da por buena su salida a cambio del precio acordado, unos tres millones de euros —en su día pagó cinco al Sporting de Braga— más Baba. Una vez que sea oficial el acuerdo con el jugador luso, se reforzará una zona —el club entiende que sale ganando con el cambio— en la que todavía hará falta algo más, ya que la salida de Galarreta y la falta de confianza en Grenier y Antonio Sánchez han reducido el catálogo de Aguirre.

Por otra parte, el Mallorca trabaja para tenerlo todo a punto el sábado, cuando destape la temporada en Las Palmas. De momento, los únicos fichajes inscritos ante LaLiga son los de Manu Morlanes, Toni Lato y Omar Mascarell, mientras que Siebe van der Heyden y Cyle Larin están a la espera de que se tramiten sus fichas por temas burocráticos. En el club esperan resolverlo a tiempo.