La penúltima cacicada de la UCI, con el beneplácito del Comité Olímpico Internacional, provoca una batalla de enormes dimensiones en el mundo del ciclismo en pista. Y es que, a partir de los Juegos de 2012, tres de las pruebas más emblemáticas del programa olímpico abandonan el velódromo, rompiendo los planes de muchos ciclistas, selecciones y centros de alto rendimiento que ya habían orientado sus miras hacia Londres.
Así, se caen del libro de ruta olímpico las dos pruebas por antonomasia del fondo, la puntuación y la Madison, además de la persecución individual, entrando el Omnium (200 metros velocidad, scratch 5 kilómetros, persecución individual sobre 3 kilómetros, puntuación a 15 kilómetros y velocidad a 1 kilómetro).
Numerosos ciclistas han hecho saber su malestar ante esta decisión, que según el COI y la UCI pretende «actualizar el programa olímpico» y promulgar la igualdad entre hombres y mujeres, ya que en Pekín 2008 hubo siete pruebas masculinas y cinco femeninas, pasando ahora a disputarse cinco especialidades masculinas y cinco femeninas (velocidad, keirin, velocidad y persecución por equipos y Omnium). Estas modificaciones no afectarán a los Mundiales y demás competiciones.
Nombres como Bradley Wiggins o Rebecca Romero han hecho público su malestar, aunque Joan Llaneras, doble campeón olímpico de puntuación y plata en Madison en Pekín, se muestra «decepcionado» por una decisión, «que no ayuda nada», y que condicionará el trabajo del CEAR de pista de Palma. Por su parte, Toni Tauler (plata en Pekín en Madison), recalca que «es un paso atrás, se han cargado el fondo del ciclismo en pista. Siempre recibimos los corredores y gracias a eso, muchos países dejarán de invertir en este deporte». Tauler recibe una Beca ADO por su plata y de cara a Londres, sabe que su reto está en participar en la persecución por equipos, junto a David Muntaner.