En un mundo donde la información nutricional está al alcance de un clic, es fácil caer en malentendidos sobre ciertos nutrientes esenciales. El doctor Manuel Viso, experto en salud y nutrición, ha lanzado una advertencia crucial sobre la confusión entre los ácidos grasos omega-3 y omega-6, señalando que dicha confusión podría tener implicaciones significativas para la salud.
Características y beneficios de los omega-3
Los omega-3 son ácidos grasos que el cuerpo humano no puede fabricar, lo que significa que deben incorporarse a través de la alimentación o suplementos. Los tres principales tipos son ALA (ácido alfa-linolénico), EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico).
Los beneficios de estas grasas son amplios y bien documentados. A nivel cardiovascular, los omega-3 son conocidos por su habilidad para reducir los niveles de triglicéridos en sangre, disminuir ligeramente la presión arterial y prevenir la formación de coágulos que pueden derivar en problemas mayores.
En términos neurológicos, el consumo regular de DHA se ha relacionado con una disminución de la depresión, ansiedad y puede tener efectos positivos en el manejo del TDAH y el Alzheimer, enfermedades que afectan a miles de personas en España cada año.
Inflamación, embarazo y otros ámbitos beneficiados
Las propiedades antiinflamatorias de los omega-3 benefician particularmente a quienes padecen de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y el lupus. En cuanto a la salud prenatal, el DHA es vital para el desarrollo cerebral y visual tanto del feto como del recién nacido, siendo un nutriente recomendado durante el embarazo y la lactancia.
Además, los omega-3 ayudan a prevenir problemas de pérdida de visión en adultos mayores, como la degeneración macular, y contribuyen a un metabolismo más sano al mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que a su vez puede reducir la acumulación de grasa en el hígado.
Fuentes de omega-3 y la confusión con omega-6
Las principales fuentes de omega-3 incluyen pescados grasos como el salmón, semillas como las de chía y lino, nueces, y diversos suplementos que facilitan su incorporación en la dieta diaria.
Sin embargo, Manuel Viso destaca que uno de los peligros reside en la confusión con los omega-6, que también son ácidos grasos esenciales pero desempeñan funciones diferentes y en exceso pueden contrarrestar los beneficios de los omega-3. En una dieta típica, especialmente de países desarrollados, el consumo de omega-6 tiende a superar al de omega-3, lo que puede propiciar un balance negativo para la salud.