Las tortitas de arroz se han consolidado como un snack habitual entre quienes buscan opciones ligeras y saludables. Su bajo contenido calórico y la percepción de ser una alternativa sana al pan o a otros aperitivos las han posicionado favorablemente en el mercado. Sin embargo, es esencial analizar si realmente aportan beneficios significativos a la dieta.
Según un análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las tortitas sencillas, elaboradas con un solo cereal como arroz, maíz o espelta, suelen ser bajas en grasas y no contienen azúcares añadidos ni aditivos engañosos. No obstante, presentan un alto contenido en sal; de las 73 tortitas sencillas examinadas, 21 superaron el 1,25% de sal, límite considerado aceptable.
Por otro lado, las tortitas de sabores, aunque contienen menos sal, incorporan aditivos como aromas, colorantes y potenciadores de sabor, lo que puede disminuir su valor nutricional. De los 18 productos de tortitas de sabores analizados por la OCU, el 50% recibió valoraciones aceptables y el 40% malas.
En cuanto a las tortitas cubiertas de chocolate, aunque apetecibles, no son recomendables desde el punto de vista nutricional. Estas versiones suelen ser altas en grasas, con algunas alcanzando hasta un 25%, y en azúcares, superando el 22,5%. Esto las convierte en productos muy calóricos, llegando a duplicar las calorías de las tortitas sencillas.
Es importante destacar que, aunque las tortitas de arroz son bajas en calorías, también carecen de nutrientes esenciales. Su principal componente es el almidón, lo que les confiere un índice glucémico elevado. Esto significa que pueden provocar picos de glucosa en sangre, lo que no es ideal para personas con diabetes o quienes buscan mantener niveles de energía estables.
Además, las tortitas de arroz suelen ser bajas en fibra y proteínas, nutrientes clave para la saciedad y el control del apetito. Por ello, aunque pueden ser útiles como snack ocasional, no deberían considerarse una fuente principal de nutrientes en la dieta diaria.