Los huevos fritos son un clásico en muchas cocinas alrededor del mundo, pero freírlos puede convertirse muchas veces en una tarea desafiante debido a las molestas salpicaduras de aceite. Si eres de los que les pasa bastante a menudo sigue leyendo porque a continuación, te explicamos unos consejos, respaldados por expertos y chefs, para asegurar un proceso de fritura seguro y limpio.
El primer paso esencial es seleccionar huevos frescos. Los huevos muy frescos, especialmente los camperos, tienen menos agua en su interior, lo que reduce la posibilidad de salpicaduras al entrar en contacto con el aceite caliente. Además, es importante sacarlos de la nevera con antelación, si es posible una media hora antes de freírlos. Al equilibrar la temperatura del huevo con la del aceite caliente, se minimiza el contraste térmico, lo que a su vez reduce las salpicaduras.
La elección de la sartén y los utensilios es otro factor importante. Se recomienda el uso de una que sea antiadherente, preferiblemente reservada solo para freír huevos. Es fundamental que esta esté completamente seca antes de agregar el aceite, ya que la presencia de agua puede causar que el aceite salte. Además, utensilios de madera o silicona son preferibles para evitar dañar su superficie.
Una técnica empleada por algunos cocineros es agregar una pizca de sal o harina al aceite justo antes de introducir el huevo. Esto ayuda a absorber cualquier humedad residual, reduciendo así las salpicaduras. Además, mantener una temperatura adecuada del aceite es importante; ya que si está excesivamente caliente incrementa el riesgo de salpicaduras. La moderación en su calentamiento, junto con los otros consejos anteriormente mencionados, puede ayudarte a estar más seguro cuando los cocines.
Freír un huevo puede parecer simple, pero requiere atención y cuidado para evitar accidentes y lograr un resultado delicioso. Con estos trucos, el proceso no solo se vuelve más seguro, sino que también garantiza un huevo frito perfecto.