La factura de la luz en los hogares españoles ha subido un 77,5 % en los últimos quince años según un estudio efectuado por FACUA-Consumidores en Acción. Para sobrellevar la subida de precio de la mejor forma posible existen fórmulas como apostar por un tipo concreto de bombilla.
En el vídeo que acompaña a esta noticia te explico los pros y los contras de las bombillas LED y si de verdad nos pueden ayudar a gastar menos en nuestra factura de la luz. Hay que tener en cuenta que el término variable de la factura, referido a la energía consumida, se ha incrementado en estos quince años un 61,6 %, ya que el kWh estaba a 9,80 céntimos en 2003 mientras que su precio medio el año 2018 fue de 15,84 céntimos.
Por lo tanto, para afrontar esta parte de la subida es importante conocer la diferencia que existe entre los distintos tipos de bombillas: incandescentes, halógenas, de bajo consumo y LED.
Las bombillas incandescentes son las clásicas. Se considera el tipo de iluminación más ineficiente y el que tiene una vida más corta. En la Unión Europea está prohibido fabricar este tipo de bombillas desde el año 2012, aunque su eliminación del mercado comenzó de forma progresiva en el año 2009.
Las bombillas halógenas duran más que las incandescentes y, además, tienen más vida útil, aunque presentan bastantes limitaciones. Son una opción económica, pero desperdician mucha energía y emiten calor, cosa que puede llegar a ser peligrosa.
Las bombillas de bajo consumo tienen un gasto de un 80 % menos que las incandescentes. Su uso se ha extendido mucho en los últimos años, aunque hay que tener cuidado en su reciclaje y en su manipulación, ya que en su composición tienen mercurio, muy perjudicial para la salud.
Finalmente, las bombillas LED se han comenzado a comercializar hace relativamente poco tiempo. En el vídeo tienes toda la información sobre este tipo de iluminación.