Andreu Josep Oliver: «En la DO Olives de Mallorca cabrían más variedades locales»

La DO solo admite la mallorquina en salmuera con fonoll y pebre de banyeta, pero en la Isla hay otras variedades antiguas y otras formas de preparación

Andreu J. Oliver en su finca familiar de Sóller

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Andreu Josep Oliver Rullan (Sóller, 1987) es veterinario de profesión, aunque por motivos familiares siempre ha estado relacionado con la agricultura y el olivar tradicional del Valle. Se licenció en 2011 y actualmente prepara su doctorado en parasitología. Especialista en caballos, es el representante en España del Comité de Bienestar Animal de la UE y es responsable del control antidopaje en las carreras de trotes. Su otra pasión es el campo, la Serra de Tramuntana y el mundo del olivar, lo que le ha llevado a formar parte del los consejos reguladores de las D.O.P. Oli de Mallorca y Olives de Mallorca, presidiendo este último consejo desde 2024. Es también miembro de la directiva de la Cooperativa de Sóller.

«Sin ninguna duda la creación de la D.O.P. Olives de Mallorca ha sido clave para la protección de la Serra de Tramuntana y para la recuperación de sus olivares; sin embargo, opino que es una D.O.P. demasiado limitada en muchos aspectos y debería ampliarse a otros productos locales», afirma Oliver al comenzar la entrevista. Recuerda que las actuales condiciones para entrar en la denominación son muy estrictas, lo que en la práctica -y al contrario de lo que sucedió con la D.O.P. Oli de Mallorca- «prácticamente solo permitió la entrada de la producción de la Serra de Tramuntana». Hay que recordar que la denominada variedad autóctona mallorquina es la única admitida en la D.O.P. destinada al consumo de mesa en sus diferentes modalidades de preparación y que las condiciones de cultivo y recolección están también muy limitadas y coinciden casi exclusivamente con las que existen en la Serra.

«Aprovecho para destacar la gran labor y ayuda del Consorci Serra de Tramuntana, vital para el mantenimiento de estas fincas», incide Oliver. Sin embargo, se muestra convencido de que la D.O.P. Olives de Mallorca «es demasiado pequeña» y aboga por su ampliación a otras variedades «que también son mallorquinas, según están poniendo de manifiesto los más recientes estudios genéticos». La ampliación de la D.O.P. que propone, no se limita a las variedades, sino también a las formas de preparación de las aceitunas destinadas a su consumo en mesa. «Las tres formas de elaboración ahora permitidas -verde sencera, trencada i negra- y el encurtido correspondiente, no son las únicas tradicionales en Mallorca y a algunos productores les gustaría poder trempar de otra forma las aceitunas, lo que permitiría ampliar la D.O.P. y fortalecerla «y que otras zonas de la Isla se vieran representadas por el producto y poderlo consumir a su gusto», asegura. Recuerda que las últimas investigaciones están caracterizando otras muchas variedades de cultivo ancestral en la Isla, como la morruda, la sevillina o la morisca de Mancor, entre otras, y considera que todas ellas deberían ser admitidas.