Esta sección ya se ha convertido en un clásico, así que mientras podamos vamos a seguir mostrándoles lo que pasa en mis salones. En esta ocasión nos reunimos para un almuerzo que estaba pendiente desde hacía tiempo y que quise dedicar a nuestra amiga Cristina Macaya, aunque no pudiera estar presente.
Sí que lo estábamos muchos de sus amigos brindando por ella, admirándola como siempre y queriéndola como se merece. A la reunión no faltaron Pepa Juan y Juan Nadal, tan queridos desde hace tantos años; Marieta Salas, a la que quiero y respeto cada día más; Alberto Tomás y Frank Vicet, que son familia; y mi querida María José Hidalgo, que era la primera vez que acudía porque no hace más que trabajar y trabajar y sale lo justo.
Por una vez la pillé, y espero que sean muchas otras porque es una señora admirable. La Pavlova de postre fue lo más.