«Siento rabia por lo que me hizo a los once años y sigo asqueada por cómo le han protegido»

Habla la víctima del último caso publicado por la cuenta de la periodista Cristina Fallarás y @abusosbaleares que apunta a un expolítico y cargo público de la isla

Esta joven de 34 años compartió su testimonio en redes para denunciar lo que le ocurrió siendo niña con un reconocido cargo público de Mallorca.

| Palma | |

Su testimonio es descarnado, a la par que contundente. Aunque durante años bloqueó el recuerdo del presunto abuso sexual que sufrió por parte de un familiar en Mallorca, tal y como certifica el informe que confeccionó su psicóloga clínica, le volvió a la mente de forma involuntaria durante el invierno de 2018. «Fue repentino e involuntario, estaba trabajando en un proyecto sobre el acoso y vi la imagen nítida en mi niñez, abusada por mi tío, fue muy fuerte porque lo sentí todo de nuevo. Lo mismo que sentí cuando me lo hizo», narra en su informe. Desde ese instante, años de terapia para superar la angustia, la ansiedad, las pesadillas y otra decena de síntomas que ha sufrido durante todo este período a causa de aquel episodio que apareció bruscamente en su memoria. El pasado mes de abril su caso se hizo público.

De hecho, ya no puede olvidar lo que le ocurrió y lo cuenta de una forma en la que la frustración y la rabia aparecen de forma manifiesta. Esta joven mallorquina de 34 años de edad es la última mujer que ha compartido su caso en @abusosbaleares. Un duro testimonio de abuso sexual que, según explica la víctima, ocurrió cuando tenía once años en el municipio de Muro. En su relato explica que su presunto abusador, el marido de su tía, aprovechó que su prima y ella se encontraban jugando desnudas en la piscina para cogerla con fuerza por la espalda y «empalmado empezó a masturbarse contra mí»; tal y como detalla en su escrito de denuncia. Su texto se publicó, el pasado 25 de abril, en la cuenta de la reconocida periodista y activista Cristina Fallarás, donde se han destapado numerosos sucesos importantes relacionados con cargos públicos o políticos tanto de las islas como de otros puntos del país.

«Él es una figura medio pública al haber pertenecido muchos años a la cúpula del PP e incluso estuvo imputado en una de las tramas de corrupción, sale con frecuencia en IB3 y tiene un cargo actualmente», detalla en el 'post' de denuncia que envió. No tiene miedo de él, lo dice claramente; pero sí de las posibles consecuencias. «Esto se ha silenciado y hay muchas personas que le han protegido y le han encubierto. Para mí son igual de culpables. Siento asco. Siento rabia por lo que me hizo a los once años y sigo asqueada por como le han protegido»», expresa.

Extracto de la denuncia en redes sociales escrita por ella

«Siempre he sabido lo importante que es denunciar, tanto para mí misma como para las demás víctimas, desde que fui capaz de contárselo a mi familia, lo he compartido en otros lugares pero nunca pensé que Cristina Fallarás lo publicaría. Lo envié y deje de pensar en ello. Fue muy fuerte verlo y ver sobre todo las respuestas. Cualquier víctima de abusos te lo dirá, ver gente que te cree y te apoya es lo más importante que pueden hacer por ti. Porque esta lucha de denuncia es muy dura, más aún si es un familiar o alguien muy cercano. Hay mucha gente que no me creyó», revela tensa.

Asegura que, en su momento y cuando fue capaz de procesar tan complicado recuerdo, fue a denunciarlo a la Guardia Civil pero nunca llegó a presentarse el documento de forma oficial, «me dijeron que mi caso había prescrito; he visto que ahora con la Ley del Sólo Sí es Sí, todavía podría denunciarlo pero me dicen que presente pruebas, ¿qué pruebas? Han pasado 23 años. Ponen a las víctimas en una situación muy compleja. El mismo sistema que nos defiende, nos rechaza», dice contundente.

«Mi tía no me creyó. Ni a mí ni a su propia hija, a la que comieron la cabeza para que luego retirara lo que había contado. He perdido a mucha gente, familia y amigos que nunca me han creído, o bueno, no los he perdido, me los he quitado de encima. O estás de parte de la justicia o de parte del agresor, la pederastia es un delito», clama con vehemencia. Aunque tampoco cree del todo en la justicia, se siente decepcionada y desesperanzada; por eso quiere compartir su testimonio. «Puede que judicialmente no tenga justicia nunca, pero yo sé que es culpable, soy la víctima y sé lo que me hizo, no necesito que un juez lo diga», afirma.

Le preocupa que su presunto agresor pueda continuar haciendo daño a otras personas y pide a otras víctimas que, si le reconocen en la descripción, se pongan en contacto con ella a través del periódico o la cuenta en redes. «Hay muchas cosas que la gente sabe, las áreas en las que ha trabajado, el daño que ha podido haber hecho, incluso a menores. Se ha silenciado todo por quien es y porque la gente no me cree. Lo tapan. No quieren creer la verdad. Ojalá salieran más víctimas y acabe en la cárcel», finaliza.

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