La policía sospecha que en las inminentes fiestas de Semana Santa los narcos de Son Banya intentarán reconstruir el nuevo poblado, que ha sido demolido entre el martes y hoy por la mañana, en dos operativos contundentes dirigidos por el Ajuntament de Palma. El alcalde Jaime Martínez ha reiterado que no habrá impunidad para los infractores urbanísticos y que si construyen de nuevo casetas u obras ilegales serán demolidas.
Durante las fiestas, las plantillas están más ajustadas porque hay funcionarios de vacaciones y los mandos estiman que ese podría ser el momento elegido por los clanes gitanos para lanzar otro pulso -el tercero- a las autoridades.
Por otra parte, la tensión está aumentando de forma considerable en el gueto, ya que los traficantes consideran que su negocio se ha visto seriamente dañado por los dos días de presencia policial en Son Banya y que, en consecuencia, se han perdido numerosas ventas, sobre todo de cocaína.
De hecho, hay constancia de que algunos consumidores, al ver a los policías y operarios en la zona nueva, se han dirigido a Son Gotleu y Corea en busca de estupefacientes. Esta situación ha indignado a los ocho jefes de la droga del poblado, que mantienen una relación muy tensa con otras barriadas.
En algunas de las chabolas y casetas derribadas estos días se han hallado algunas cantidades de droga, pero no son considerables. Todo apunta a que los 'aguadores' tuvieron tiempo de huir con el material en cuanto el martes llegó la comitiva policial.