En mayo de 2021 se registró en sa Pobla el último crimen machista hasta este martes en Mallorca. En aquella ocasión, un marroquí llamado Ali Kouch asesinó a su mujer de 28 años, que estaba embarazada, y a su hijo de siete años. Han pasado tres años, seis meses y 22 días y esta tarde la violencia de género ha vuelto a sacudir la Isla con el crimen de que conductora cosida a puñaladas por su esposo en un coche en el Coll den Rebassa.
El sospechoso se encontraba en situación irregular en España y alegó ante los investigadores que actuó bajo los efectos del alcohol y las drogas. Los hechos ocurrieron la noche del 16 de mayo de 2021 en el domicilio en el que convivía con las víctimas en la calle Santa Catalina Thomàs de sa Pobla.
El acusado, de 38 años, discutió con su pareja, Warda Ouchene, y le golpeó en varias ocasiones. A continuación la estranguló, según la Fiscalía «provocándole una muerte agónica» en presencia de su hijo. La mujer, de 28 años, estaba embarazada.
A continuación, también asfixió a su hijo hasta provocarle la muerte. Después de matar a su mujer embarazada y al menor cerró la puerta de la vivienda con llave y se dirigió en coche a Palma, donde fue detenido al día siguiente. Ingresó en prisión e intentó justificar los crímenes alegando que estaba fuera de sí por el consumo abusos de estupefacientes y alcohol.
La Fiscalía y la abogada de la acusación particular, representada por los abogados Sandra González y Pablo Juanico, solicitan la prisión permanente revisable para Ali Kouch. Se trata de la primera vez que se solicita esta medida. También reclaman casi 800.000 euros por responsabilidad civil derivada. El juicio está previsto que se celebre a principios del año que viene.
El crimen de sa Pobla estaba marcado por los malos tratos, por separaciones y reconciliaciones de la pareja; la última hacía escasos meses antes de los dramáticos acontecimientos. Fue entonces cuando la víctima se quedó embarazada.
Descubrió los cuerpos un niño de tan solo trece años que se coló por un ventanuco de la vivienda de sa Pobla. Horas antes, el asesino confeso había enviado mensajes de WhatsApp a su cuñado y a un hermano contándoles que había acabado con la vida del pequeño y su pareja.
La escena que se encontraron fue dantesca. Los cadáveres estaban en el suelo, a dos metros el uno del otro, en la sala, boca abajo. Habían sido estrangulados. Después, el agresor, de madrugada, condujo hasta Palma y se desvió a Son Banya, en busca de cocaína. Al día siguiente se entregó a la Guardia Civil. El caso conmocionó Mallorca.