«Que aparezca, por favor». Tras siete días de angustia, ése es el único pensamiento presente en la mente de la familia y los amigos de Agostina Rubini Medina, la joven argentina de 24 años de edad que desapareció el pasado miércoles 2 de octubre tras quedar para tomar algo con un grupo de amigos entre el Passeig Marítim y Santa Catalina, dos de las zonas de ocio palmesanas más populares. Tras mensajearse con su madre por whatsapp hacia las 19:00 horas de la tarde, mientras aún estaba en clase, y tomarse una fotografía en el baño de uno de los establecimientos que frecuentó la noche de su desaparición, el rastro de la joven se pierde.
Durante esta semana, la Policía Nacional ha tomado declaración a todos los testigos de esa tarde, además de triangular y recopilar toda la información posible desde teléfonos móviles y cámaras de seguridad que permitan recuperar los pasos de Agostina, sobre todo desde el momento en el que contesta al último whatsapp que intercambia con su madre, Ileana. Hasta las 22:00 horas se produce alguna interacción móvil más, luego deja de contestar y a la mañana siguiente, su teléfono está apagado. «Intercambiamos mensajes totalmente normales, me dijo que se iba a tomar algo, hablamos sobre el tiempo, el frío que hacía, no hubo nada extraño», explica su madre. Lo hace realizando un sobrehumano esfuerzo; siete días con la información mínima sobre la desaparición de una hija, no es fácil para nadie. La familia pide tres cosas importantes: difusión, respeto y discreción.
Éste es el post más reciente desde SOS Desaparecidos, con los principales datos actualizados:
«Quiero difundir su imagen lo máximo posible. Que todo el mundo continúe compartiendo su fotografía, en redes, que cuelguen carteles, lo que sea», pide Eliana agradecida por la ayuda y apoyo que están recibiendo hasta el momento. También solicita respeto para el trabajo de la Policía Nacional, aunque no tener excesiva información sobre la investigación es muy duro para toda la familia: «Nos han pedido que tratemos de ser discretos con los medios de comunicación pero tampoco sabemos que es lo mejor en estos momentos. Los agentes nos han dicho que siguen un orden de búsqueda, que todo el equipo se encuentra volcado al 100%, pero es desesperante», describe Ileana.
La discreción es otro de los componentes a tener en cuenta en el trato de esta desaparición. La Policía Nacional la ha catalogado como 'inquietante', un grado que se otorga cuando a la persona la rodea alguna circunstancia personal o externa que pueda dificultar aún más su proceso de localización. «Hablar de los aspectos privados de su vida no ayuda en nada a su localización», zanja su madre. Su entorno quiere centrarse en la fotografía y en su difusión: «elegí la imagen que sale con los ojos cerrados porque conozco a mi hija y es donde mejor se pueden ver sus facciones, creo que es la mejor foto para encontrarla. La otra que han puesto es desde hace un año», explica.
Uno de los puntos de anclaje más importantes de la investigación es la fotografía que Agostina colgó en redes sociales esa noche, la del miércoles 2 de octubre. Una imagen tomada en el baño de un establecimiento de la zona acotada; en el que además de mostrar de forma fidedigna la ropa que portaba; permite establecer una ruta de desaparición. Aunque eso sí, todavía no ha trascendido el nombre del local en el que se hizo la story; aunque se ha compartido ya de forma viral. La familia trata de pasar los días con la información mínima, confiando en que los agentes tienen trazado el camino a su localización definitiva.
Hasta el momento, la información existente sobre Agostina es la siguiente: su nombre completo es Agostina Rubini Medina, hija de Ileana Medina y Mariano Rubini. La familia es de Mar de Plata y vive en la isla desde hace años. Agostina, de 24 años de edad, estudiaba en la isla Diseño hasta que decidió cambiarse a Integración Social, estudios que cursa actualmente en un centro de formación privada situado a unos veinte minutos andando de la zona de ocio a la que acudió el miércoles por la tarde a tomar algo con unos amigos. Según sus padres, su actitud aquel día no tuvo nada de extraño, no hubo discusiones ni alteraciones en ningún ámbito. Los rasgos físicos de la desaparecida son: altura de 1,60 metros, ojos marrones, complexión delgada, pelo castaño oscuro. Iba vestida con unos vaqueros azul celeste, camiseta marrón y camisa de leopardo. Uno de los aspectos que más la identifica, es un tatuaje en la espalda.
Desde la familia han pedido que todo aquel que pudiera tener información sobre su paradero, se ponga en contacto con el 112, Policía Nacional (091) o con la Asociación SOS Desaparecidos (649952957/644712806 o por correo: info@sosdesaparecidos.es).