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Accidente náutico en Cala Bona: «Nos han pasado por encima, le han dado gas y se han ido»

La Guardia Civil recoge en su informe que el patrón del yate que mató al joven Guiem Comamala accedió al barco cuando ya estaba precintado

El yate 'La Luna' arrolló y mató a Guiem Comamala, que pescaba calamares en Cala Bona con su tío Fausto y su primo Gerard. | KAREN FLORES

| Palma | |

Fausto Fiol salió a pescar calamares con sus sobrinos Gerard Juan y Guiem Comamala en el bote Atlántico 320, de 3,25 metros de eslora, que guardaban en una casa familiar situada en primera línea de mar, en Es Port Nou de Cala Bona. A las 18.58 horas del pasado 23 de agosto enviaron una fotografía por WhatsApp a la madre de Gerard, de 13 años.

El tío y sus dos sobrinos hicieron varias paradas hasta que llegaron al mirador del Cap Pinar. Empezó a anochecer y decidieron volver a casa sobre las 21.15, cuando se encontraban a una milla de la costa de Cala Bona. En la zona, según explicaron algunos testigos a la Guardia Civil, había unas 15 embarcaciones pescando.

Gerard estaba en la proa del pequeño bote, Guiem en el medio y Fausto manejaba el motor fuera borda cuando un yate de 20 metros de eslora se acercó a ellos a gran velocidad. Los tres hicieron aspavientos con los móviles iluminados para advertir su presencia y Fausto aceleró en otra dirección para evitar la colisión. En un primer momento pensaron que se habían librado, pero Gerard se dio cuenta de que su primo no estaba a bordo del bote.

Fausto empezó a gritar socorro para intentar captar la atención de la embarcación que les había embestido, pero al ver que se alejaba le dijo a su sobrino menor de edad que pidiera ayuda con su móvil y se lanzó al agua para buscar a Guiem.

Desde la pequeña embarcación, Gerard vio la luz que llevaba Guiem en el agua y Fausto se tiró para rescatar a su sobrino de 20 años. El joven había fallecido en el acto tras ser alcanzado por las hélices del yate ‘La Luna’, que continuó su rumbo hasta el puerto de Porto Cristo.

Andrés Pascual, un hombre que había salido a pescar con su embarcación 'Cap Ferrer', regresaba al puerto de Cala Bona cuando observó a Gerard desde el bote haciendo movimientos de lado a lado con un móvil y pidiendo auxilio. Al llegar a la zona vio a Fausto en el mar sosteniendo el cuerpo de Guiem. Desde el agua le dijo:

Es que nos han pasado por encima, le han dado gas y se han ido.

Cinco minutos después, un pescador, que se encontraba navegando a unos 300 metros de distancia de la bocana del puerto de Cala Bona, vio que el yate se dirigía hacia él. «Me encañonó directamente con un foco de luz. Al ver la velocidad tan elevada a la que navegaba, me asusté y tuve que poner mi barco, de cuatro metros de eslora, de lado para evitar que la ola que levantó al pasar entrara en el interior de mi embarcación y la pudiera volcar».

El patrón del yate ‘La Luna’, un piloto y millonario alemán de 34 años llamado Dennis Viehof, entró por la bocana del puerto de Porto Cristo a las 21.38 horas y sus tripulantes dejaron el barco en el amarre número 21 del pantalán 7.

Dennis Viehof, Maximillian Schopf, Martin Marvin, Katherine Hoszkiewicz, Marie Wojewoda y Jill Clemens habían estado toda la tarde bebiendo mimosa, una bebida que lleva cava, zumo de naranja y vodka, según explicó a la Guardia Civil una de las mujeres que estuvo a bordo del yate. «Todos bebimos pero no había nadie borracho», aseguró.

Los seis amigos, tres hombres y tres mujeres, pasaron la noche del accidente en la discoteca Bolero de Cala Rajada. La joven contó que se enteraron del accidente el sábado por la tarde cuando una amiga le dijo que Dennis tuvo que ir al puerto para hablar con la Guardia Civil.

La mañana del sábado 24 de agosto, el director del Club Náutico de Porto Cristo comentó a los investigadores que creía que una de las embarcaciones implicadas en el accidente se encontraba amarrada en el recinto. El hombre explicó a los investigadores que el patrón del barco «suele conducir de forma negligente».

A las 10.54 horas, el sargento del Área de Investigación de la Guardia Civil de Artà se dirigió al lugar en el que estaba amarrado el yate ‘La Luna’, de bandera alemana, con la intención de precintarlo para que no se realizara ninguna manipulación dentro o fuera de la embarcación.

Al aproximarse se encontró en el interior a una mujer que estaba limpiando. Verónica Parra, de la empresa Sa Madona Yachts Services, comentó que pudo observar algo inusual en el yate esa mañana. «Dennis siempre deja todo recogido, pero esta mañana he encontrado numerosos vasos de bebidas alcohólicas en diferentes partes del yate, así como un teléfono móvil en la cubierta del barco sobre las colchonetas», declaró la mujer de la limpieza.

«Como si el abandono del barco después del amarre se hubiera realizado con premura». La trabajadora, según se desprende del atestado de la Guardia Civil, pensó que los tripulantes «irían borrachos y se fueron rápido o sin ganas».

La tarde noche de ese mismo día, Dennis, Max y Marvin accedieron al interior del yate ‘La Luna’ a pesar de que se encontraba precintado por la Guardia Civil y salieron con bolsas llenas de objetos.
El 25 de agosto, dos días después del accidente, Dennis Viehof voló con sus amigos Maximilian y Marvin en su jet privado desde el aeropuerto de Son Bonet a Dusseldorf.

El 28 volvió a Mallorca para presentarse en la Comandancia de la Guardia Civil acompañado de su abogado Fernando Mateas y se acogió a su derecho de no declarar. Los agentes del Grupo de Homicidios le informaron que estaba acusado de un delito de homicidio imprudente y otro de omisión del deber de socorro.

La Guardia Civil concluye que Dennis Viehof navegaba a una «excesiva velocidad» por una zona donde concurrían gran afluencia de barcos de pesca y que en el accidente hubo una posible concurrencia de responsabilidad entre los patrones de las dos embarcaciones implicadas.

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