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SUCESOS

La Guardia Civil toma declaración a los testigos y analiza las imágenes del accidente de Cala Bona

Todas las personas relacionadas con el fatal suceso en el que falleció Guillem Comamala están siendo interrogadas en sede policial

Arranca la toma de declaraciones a los testigos del accidente de Cala Bona | Miquel A. Cañellas

| Son Servera | |

Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil han iniciado la toma de declaraciones de los testigos relacionados con el accidente de Cala Bona, en Son Servera. La investigación de la tragedia marítima ocurrida durante la noche del pasado viernes trata de esclarecer si el dueño del yate, de nacionalidad alemana, no se percató de que había arrollado al bote en el que murió el joven Guillem Comamala.

Todas las personas relacionadas con el episodio están prestando declaración en sede policial al mismo tiempo que otros agentes responsables del caso siguen analizando los vídeos aportados a la causa. A medida que avanzan las horas se van conociendo nuevos datos. El suceso tuvo lugar a las nueve y veinte de la noche, muy cerca del puerto. La embarcación, de bandera alemana y valorada en algo más de 4.5 millones de euros, que continuó con su trayecto tras el atropello mortal fue localizada el sábado en su amarre de Porto Cristo. Ese mismo día se iniciaron las tareas de análisis con la finalidad de recabar los datos técnicos de la embarcación y su geolocalización con la finalidad de averiguar la posición exacta de la embarcación y cuántas personas había a bordo.

El yate que arrolló al pequeño bote pasó por encima del motor hasta arrancarlo, causando heridas letales a uno de los ocupantes, un joven de tan sólo 21 años de edad que estaba acompañado por su tío y otro familiar menor, de 13 años de edad. La víctima mortal estaba sentada junto al motor y recibió directamente el impacto, mientras que sus dos acompañantes resultaron ilesos, aunque requirieron la atención de los psicólogos de Emergencia tras presenciar la tragedia.

Otro de los detalles importantes que se han derivado de la investigación es que el pequeño bote sí llevaba la luz reglamentaria y sus ocupantes fueron auxiliados por otras barcas que se encontraban en la zona. Los tres ocupantes pescaban en una pequeña embarcación de 3,35 metros de eslora.

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