Agentes de la Policía Nacional y Policía Local de Palma han conseguido desarticular una banda de carteristas rumanos que se dedicaban a robar a turistas en Palma. Durante el operativo policial se han detenido a ocho personas, seis hombres y dos mujeres, de edades comprendidas entre los 25 y 38 años de edad. Todos ellos están acusados de un delito de pertenencia a grupo criminal y hurto.
El pasado viernes, sobre las 23:15 horas, los agentes observaron la presencia de un grupo de personas, algunas de ellas conocidas por su historial delictivo. Son especialistas en actuar de forma muy sigilosa con funciones individualizadas muy concretas para perpetrar hurtos garantizando el éxito y sin que en la mayoría de los casos las víctimas se percaten de la sustracción. En este caso los funcionarios policiales observaron cómo una pareja del grupo se dirigía a una víctima elegida, en este caso turista, con la que entablaron conversación con la intención de entretenerla.
En ese momento apareció en escena una segunda pareja del grupo para llevar a cabo la sustracción. Una de ellas, utilizaba un pañuelo a modo de muleta para entorpecer la visión de la víctima mientras que su compinche se dedicaba a abrir la riñonera y sustraer la cartera. En ese instante aparecieron otros dos miembros del grupo cuya misión era dar cobertura y ocultar la sustracción, quedando los dos últimos dos integrantes de la banda como vigilantes y apoyo en el caso de que la situación se complicase al ser descubiertos.
Una vez consumada la sustracción uno de los sospechosos se hizo con el dinero el cual ocultó en el interior de su ropa y a continuación arrojó la cartera al suelo. Acto seguido, los ocho integrantes del grupo se dividieron en dos subgrupos y abandonaron el lugar con celeridad. En vista de los hechos, los policías siguieron a los mismos dándole alcance por separado, comprobando cómo el hombre que había sustraído el dinero portaba en el interior de su ropa 500 euros en efectivo repartidos en billetes de diferente valor, además de llevar 20 euros en su cartera.
Paralelamente se cacheó al resto del grupo, localizando más billetes ocultos en la ropa interior, algunos arrugados, así como en carteras y riñoneras siendo el total del dinero intervenido de 1.385 euros en billetes. También localizaron varias tarjetas SIM que supuestamente suelen ser utilizadas en teléfonos móviles hurtados. A los policías les llamó la atención las declaraciones espontáneas de una de las detenidas que, sin ningún pudor, reconoció que la Isla era un buen sitio para robar y que cada semana enviaba a Rumanía unos 3.000 euros. Todo ello, al margen del margen de beneficio con el que se quedaban ellos en la Isla.