Se llama Libertad y al paso que va ni su nombre la salvará de acabar entre rejas. Ella es una de los más de 40 sin techo que viven atrincherados en el hospital de referencia de Baleares. Desde que explotó la noticia, adelantada en primicia por Última Hora, la empresa de seguridad que está al frente del servicio de vigilancia de Son Espases, no le ha quedado más remedio que interponer denuncias judiciales contra todos aquellos mendigos que mantienen un comportamiento violento y agresivo contra el personal sanitario, pacientes, usuarios de la sanidad pública en general y, especialmente, contra los profesionales que tratan de velar por el buen funcionamiento del hospital.
Por ese motivo y, a la espera de que se autorice por parte de la autoridad pertinente los controles de acceso, se están cursando denuncias contra los más conflictivos y solicitando a la autoridad judicial que imponga órdenes de alejamiento del recinto para evitar males mayores. En el caso de Libertad, una de las mendigas más problemáticas del lugar, nada más dictarse dicha medida judicial, acudió de nuevo al hospital arremetiendo contra el personal facultativo llegando a golpear a una enfermera. Acto seguido, fue detenida por agentes del Cuerpo Nacional de Policía.
Por otra parte, fuentes próximas al centro hospitalario a las que ha tenido acceso Última Hora confirman que se está ultimando los detalles de la denominada 'Operación cerrojo'. Se trata realizar un cierre perimetral de todo el hospital de noche y dejar abiertas un solo punto de entrada de Urgencias, Hospitalización, Consultas y Aparcamiento, todo ello vigilando con seguridades y habilitando el control de acceso. Por cuestiones de seguridad, todas las puertas de salida seguirán activas y abiertas ejerciendo las mismas de posible evacuación en caso de incendio (emergencias).
De esta forma, se podrá controlar de forma exhaustiva la entrada de indigentes para prohibirles el acceso para dormir y cometer delitos en el interior del recinto. Desde hace años, los mendigos que acuden al hospital, en su gran mayoría, son personas toxicómanas o borrachas que se niegan a recibir ayuda en albergues de la ciudad porque no están dispuestas a cumplir las normas que les imponen las instituciones. Ante la avalancha de problemas, agresiones físicas, enfrentamientos con el personal sanitario, pacientes y seguridad desde la gerencia hacen un llamamiento a todas las partes implicadas para que aceleren los mecanismos de actuación y evitar robos como los registrados hace unos días donde un sin techo accedió al interior de las habitaciones de maternidad y se llevó varios objetos de valor.
Para ello, cuentan con el apoyo del Cuerpo Nacional de Policía, que prestará su colaboración para evitar que se produzcan altercados violentos. Está previsto que esta operación de expulsión de todos los sin techo se realice de forma tranquila y sin generar alboroto que pueda afectar al funcionamiento habitual del hospital de referencia.
De todos modos, los vigilantes ya están preparados para tener que afrontar las estrategias de los indigentes para tratar de burlar los controles. Es frecuente que estos simulan encontrarse mal para poder entrar al área de Urgencias, ser visitados por los médicos y acto seguido quedarse en los pasillos durmiendo. Por ese motivo, el personal de seguridad prohibirá la entrada de objetos y enseres personales a estas personas; les acompañarán para ser atendidos y, de forma inmediata, deberán abandonar el recinto. Todo ello, supervisado por personal policial si fuera necesario. De hecho, será la propia Policía Nacional quien realice un ‘barrido' para comprobar los antecedentes policiales y asegurarse que no existan reclamaciones judiciales. De ser así, se procederá a la detención de los mismos.