Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han llegado a las 5.00 horas de este miércoles a Mallorca para unirse a los trabajos que llevan a cabo las fuerzas de seguridad y las instituciones para recuperar la normalidad en la isla, donde diez carreteras continúan cortadas por los efectos de la borrasca Juliette. Según ha informado la Guardia Civil, los militares intervienen ya en los dispositivos de limpieza de las carreteras intransitables por la acumulación de nieve, árboles y piedras que obstaculizan la calzada a consecuencia de las precipitaciones y el viento de los dos últimos días.
Están cortadas las carreteras Ma-10, que discurre a lo largo de la Serra de Tramuntana, entre los kilómetros 6 y 47,5 (Fornalutx-Pollença); la Ma-11A, del Coll de Sóller (de los kilómetros 16,9 a 27,7); la Ma-2100, en los 18 kilómetros de Bunyola a Orient, y la Ma-2130, de Caimari a Llucc (kilómetros 7 a 15). También están cerradas la Ma-2141, carretera de Sa Calobra; la Ma-2131, de Campanet a Selva; la de Formentor, Ma-2210, en sus 19,6 kilómetros; la Ma-3433, de Sa Pobla a Playa de Muro (del inicio al kilómetro 8); la Ma-4011 en Felanitx, y la Ma-5018, de Cura a Randa. A las 19 horas del martes, un equipo de emergencias formado por agentes forestales, bomberos, personal del servicio insular de Carreteras, de Protección Civil y guardias civiles, accedieron al monasterio de Lluc, en el centro de la Tramuntana, donde había 100 personas refugiadas.
Tras una jornada de trabajo intenso, los especialistas llegaron hasta el santuario para garantizar la seguridad de quienes se refugiaron allí del temporal, de los que 25 decidieron volver a sus lugares de residencia en vehículos propios y de los servicios de emergencias. Con escolta de la Guardia Civil, se organizó una caravana de evacuación que discurrió sin incidencias. En Lluc se quedaron unas 75 personas que cuentan con los pertrechos y víveres necesarios para su bienestar, ha destacado el instituto armado.