Los otros dos jóvenes encarcelados por agredir al jefe de la Policía Local de Porreres salieron ayer por la noche del centro penitenciario de Palma. Los jóvenes abonaron una fianza de 3.000 euros para abandonar la prisión. La Audiencia Provincial les ha retirado el pasaporte y no podrán salir de España. Además, les ha impuesto una orden de alejamiento sobre la víctima, el agente Sebastià Mora. La Guardia Civil detuvo días atrás a cinco jóvenes por su supuesta implicación en la agresión al jefe de la Policía Local de Porreres y el juez de guardia de Manacor decretó el ingreso en la cárcel de tres de ellos.
Uno de los implicados pasó 18 horas entre rejas y salió en libertad tras abonar 3.000 euros de fianza. «Las horas en prisión fueron bastante duras. Yo no sabía qué hacía allí dentro, no me lo podía creer», declaró el chico en una entrevista concedida a Ultima Hora. El joven, de 21 años, negó su participación en los hechos. La agresión al jefe de la Policía Local se produjo durante la madrugada del 18 de septiembre cuando un grupo de jóvenes increpaban a unas chicas, que avisaron a Sebastià Mora, quien se encontraba fuera de servicio con su mujer y su hija de 14 años. El suceso causó una gran conmoción en la localidad y también en el resto de la Isla.
El agente llamó la atención a los jóvenes, que respondieron golpeándole con puñetazos y patadas. A continuación, se presentaron en las inmediaciones de su vivienda y lanzaron piedras a su coche. La víctima, tal y como recoge el parte médico del PAC de Vilafranca, sufrió un hematoma periorbital izquierdo, hemorragia conjuntival, dermoabrasiones en la rodilla derecha, un edema en el labio inferior de la boca y dolor en el codo izquierdo. El abogado de los jóvenes que fueron encarcelados, Diego Wencelblat, recurrió ante la Audiencia Provincial de Palma el auto de prisión del titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Palma. El viernes pasado se celebró una vista en la Sección Primera y el tribunal ha acordado la puesta en libertad de los dos sospechosos.
El relato
Sebastià Mora, la víctima, relató ante el juez de guardia que se acercó a los jóvenes que estaban molestando a unas niñas y que los conocía del pueblo, incluso a algunos de ellos les había dado educación vial como policía. El agente contó que no tuvo tiempo de decirles nada porque se le tiraron encima, pero no sabía quién.