La fuerte presión policial que está ejerciendo el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local de Palma está dando sus frutos. La gran mayoría de los okupas que residían de forma totalmente ilegal en una sucursal bancaria de la avenida de San Fernando se han dado a la fuga. Los moradores, conscientes de que tienen los días contados por culpa de su comportamiento incívico y delictivo (venta de droga y peleas constantes), han movido ficha. Se han dividido en dos grupos. Uno de ellos, el más numeroso, ha decidido desaparecer de la zona porque son conscientes de que durante las 24 horas del día son sometidos a controles, identificaciones y cacheos.
La gran mayoría son delincuentes, ladrones, consumidores y vendedores de droga. Los clientes que acudían al punto de venta para conseguir sus dosis de cocaína o marihuana han decidido cambiar de proveedor. Todos ellos son conscientes del peligro que representa estar en el punto de mira de los agentes y la vigilancia a la que están siendo sometidos. Las sustancias estupefacientes ya no circulan con tanta alegría. Los jóvenes más conflictivos han intentado en varias ocasiones okupar a la fuerza el local de una antigua sucursal bancaria en la calle Dragonera.
Fuentes vecinales también han confirmado que lo han intentado en otros locales de viejas oficinas bancarias que cerraron tras las distintas fusiones. Finalmente, un grupo más reducido de jóvenes delincuentes han decidido quedarse hasta el final y morir con las botas puestas. Estos son los más conflictivos y ruidosos. En la madrugada de ayer, sobre las 04.15 horas, la policía tuvo que acudir porque se estaba produciendo una nueva pelea a golpe limpio.
El apunte
Los vecinos afectados: «Hemos ganado una batalla, pero no la guerra»
Los vecinos de la avenida de San Fernando respiran algo más tranquilos, pero no quieren lanzar las campanas al vuelo. «Hemos ganado una batalla, pero aún no hemos decir que hemos ganado la guerra», apunta uno de los portavoces. Por otra parte, al tener conocimiento de la reunión mantenida entre Policía Local de Palma y Cuerpo Nacional de Policía, los vecinos se interesaron por el contenido de la misma. Los policías les informaron que han confeccionado un informe judicial solicitando al juez que ordene el desalojo por razones de seguridad ciudadana y alarma social. Los funcionarios policiales sostienen que el local es un nido de problemas, venta de droga y refugio de menores fugados. Los okupas acumulan más de 40 ilícitos penales.