Las autoridades de la provincia afgana de Paktika, la más afectada por el terremoto de magnitud 6,1 en la escala abierta de Richter registrado el martes, han trasladado una petición «desesperada» de ayuda para hacer frente a las consecuencias del seísmo, que ha dejado más de mil muertos y 1.500 heridos en el país. El director del servicio provincial de Sanidad, Hekmatulá Esmat, ha subrayado que hasta ahora sólo ha llegado ayuda entregada por las autoridades instauradas por los talibán y ha agregado que se necesitan con urgencia comida, agua potable y cobijo, según ha informado la cadena de televisión afgana Ariana.
Así, ha destacado que al menos 3.000 familias necesitan «urgentemente» ayuda humanitaria, después de que el líder de los talibán, el mulá Hebatulá Ajundzada, hiciera el miércoles un llamamiento a la comunidad internacional para que ayudara a las autoridades a atender a los damnificados. En este sentido, el portavoz de los talibán y ministro de Información y Cultura de Afganistán, Zabihulá Muyahid, ha apuntado a través de su cuenta oficial en la red social Twitter que hay unos esfuerzos «masivos» para entregar ayuda en las zonas afectadas en las provincias de Paktika y Jost.
Muyahid ha desvelado además que durante la noche del miércoles llegó a Kabul un avión qatarí con ayuda, mientras que otros dos han llegado desde Irán y cuatro camiones han cruzado la frontera desde Pakistán «para ayudar a las víctimas del terremoto», sin dar más detalles sobre las cargas. Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha anunciado el despliegue de alimentos y equipamiento logístico para apoyar a las comunidades afectadas, con el objetivo de dar alimentos de emergencia a 3.000 familias, según un comunicado publicado por el organismo.
«El pueblo afgano hace frente a una crisis sin precedentes tras décadas de conflicto, sequía grave y crisis económica. El terremoto sólo se sumará a unas necesidades humanitarias ya masivas que sufren diariamente, incluidas cerca de 19 millones de personas que hacen frente a una situación de hambre aguda y necesitan ayuda», ha dicho el subdirector del PMA en Afganistán, Gordon Craig. «Nuestros equipos se han movilizado rápidamente y seguirán dando apoyo para ayudar a las familias afectadas a superar esta última tragedia», ha señalado.
El organismo ha destacado que los distritos de Giyan y Barmal, en Paktika, y Spera, en Jost, son los más afectados, con la destrucción del 70 por ciento de las viviendas en Barmal. En esta línea, la Sociedad de la Media Luna Roja de Afganistán (ARCS), junto con la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), han movilizado ayuda urgente. El jefe de la delegación de la FICR en Afganistán, Necephor Mghendi, ha confirmado además el despliegue de «voluntarios» para «respuesta y valoración inmediata». «Ambulancias y camiones con productos de ayuda han sido enviados a las zonas afectadas».
Además de los equipos de valoración de la ARCS, «otros socios del movimiento están en camino a las zonas afectadas. Estamos muy preocupados por nuestro personal y sus familias, dado que es probable que algunos se hayan visto afectados», ha explicado. El terremoto tuvo su epicentro a unos 44 kilómetros de la ciudad de Jost, mientras que su epicentro ha estado a una profundidad de unos 51 kilómetros, revisada posteriormente a unos diez kilómetros, según los datos publicados en su página web por el Servicio Geológico de Estados Unidos.