Dos familiares acusados del feminicidio de dos hermanas paquistaníes que residían en Terrassa (Barcelona) confesaron que las mataron por «honor», después de que las jóvenes solicitaran el divorcio a sus primos durante una visita «trampa» a Pakistán. El tío materno, Muhammed Hanif, y el hermano de éstas, Shehryar Abbas, estrangularon y mataron el pasado viernes a las hermanas de 20 y 24 años, Aneesa Abbas y Arooj Abbas, afirmaron este martes a Efe fuentes policiales encargadas de la investigación en Pakistán.
«Muhammed Hanif y Shehryar confesaron que las asesinaron por honor, porque las jóvenes querían casarse con otras personas en España», dijo a Efe uno de los policías a cargo de la investigación, Akhtar Hussain. Originarias de la aldea de Nathia cerca de la ciudad de Gujrat, en la provincia oriental paquistaní de Punjab, las jóvenes se habían casado hace más de un año con sus primos, y ahora su familia trataba de convencerlas de que les ayudasen para poder emigrar a España. Hussain afirmó que las jóvenes habían alcanzado un compromiso o «nikah», que equivale prácticamente a una boda musulmana, y el pasado jueves regresaron a Pakistán.
Sus familiares intentaron que las hermanas intercedieran por sus primos ante las autoridades españolas, mientras que las hermanas querían divorciarse tras el matrimonio concertado y «casarse con otros en España». «Después de que las dos hermanas se negaron a cambiar de decisión y se opusieron a apoyar la emigración a España de sus maridos, las mataron», dijo el oficial de Policía. Las hermanas tenían permiso de residencia en España al igual que su padre, apuntó Hussain, mientras que la madre se encuentra en el país asiático. Ambas residían en la ciudad de Terrassa, en Cataluña, donde trabaja su padre y este martes tuvo lugar una concentración frente al edificio consistorial para mostrar repulsa por el feminicidio.
La Policía detuvo a seis familiares sospechosos del asesinato el pasado domingo, y un tribunal paquistaní decretó ayer cinco días de prisión preventiva para los acusados. Los conocidos como crímenes de honor son habituales en el Sur de Asia y suelen implicar a varones de una familia que vengan lo que consideran una afrenta que contraviene la conservadora moral familiar de las sociedades locales. «Estoy consternada por que un hermano y sus primos las hayan asesinado por honor», lamentó a Efe la activista y exdirectora de la comisión nacional para la condición de la mujer Khawar Mumtaz.
La activista afirmó que el Estado paquistaní es parte en el caso contra los familiares y que por lo tanto la familia no puede perdonar a los acusados, por lo que espera que se haga justicia. «Las jóvenes no son objetos, son seres humanos y deberían ser tratadas como tal», recordó Mumtaz. Según datos de la ONG Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), solo el año pasado se registraron 478 crímenes de honor en el país. Entre 2004 y mayo de 2018 esa cifra ascendió a 17.628 casos, si bien se cree que el número real podría ser mucho mayor debido a la falta de denuncias, sobre todo al tratarse de familiares. El Gobierno paquistaní aprobó en 2016 una ley que prohíbe el perdón de los familiares de las víctimas en este tipo de delitos, un agujero legal con el que muchos hombres quedaban libres tras matar a una mujer, en general una hermana o una esposa.