Juan Carlos Cabanach (Palma, 1972) y Carlos Valencia (Barcelona, 1955) son los dueños de las dos grandes agencias de detectives de Baleares. Considerados como profesionales modélicos y muy respetados a nivel nacional, hacen balance del escándalo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el detective contratado para investigar a su familia y concluyen que este tipo de escándalos «nos perjudica a nivel de imagen».
Los detectives vuelven a estar en el punto de mira.
— J .C.C: Cada vez que aparece un caso con detectives implicados surge un revuelo, a diferencia de otros gremios como los médicos, los abogados o los ingenieros. Quizás porque estamos estigmatizados.
— C.V: En este caso, la persona que encargó la investigación al hermano de la presidenta carecía de interés legítimo. Según mis informaciones, no existiría ningún contrato con la Agencia y el detective niega cualquier reunión para investigar a la familia.
Algunos se refieren a los detectives como espías.
— J.C.C: Estamos perfectamente regulados y no somos espías. El detective solo puede hablar en sede policial, judicial o si hay sentencia. También con la autorización del cliente que lo ha contratado.
— C.V: La verdad es que estamos muy molestos con esta forma de denominar a nuestra profesión. Todo esto nos perjudica. Como dicen Juan Carlos, estamos regulados y somos profesionales.
¿Les han encargado investigar a políticos?
— J.C.C: Los detectives pueden trabajar para partidos políticos, pero tienen que hacerlo bien. En el caso de Ayuso, por ejemplo, si contrata y paga el partido es legal. A mí, por ejemplo, me propusieron varias veces investigar a Maria Antònia Munar. Se podía hacer, pero no lo acepté.
— C.V: Sí he sido contratado por algún partido político, pero en ningún caso ha sido para investigar a partidos de la oposición.
¿El detective del caso Ayuso es víctima o verdugo?
— J.C.C: Es una víctima, sin duda. El detective, con estas filtraciones, solo tiene que perder. Son guerras internas políticas y hay daños colaterales.
— C.V: En temas políticos los detectives casi siempre salen escaldados. Es una realidad.
¿Pueden investigar datos confidenciales?
— J.C.C: ¿Qué son datos confidenciales? Hay muchos grados. No podemos sacar datos de Hacienda o de la Seguridad Social, por ejemplo, pero podemos buscar indicios en redes sociales o en el modus vivendi del investigado. Un insolvente, por ejemplo. Lo que no podemos hacer es ir a Hacienda a pedir la casilla 347.
— C.V: En el supuesto caso de espionaje de Madrid fueron solicitados datos fiscales, bancarios y confidenciales de la persona objeto de la investigación. Todos estos datos, de índole personal del investigado, no pueden ser nunca investigados por detectives privados. En caso de que alguien de este colectivo tuviera acceso y facilitase esta información, incurriría en hechos tipificados en el Código Penal.
Además de estar regulados, ustedes están en colaboración constante con la Policía y la Guardia Civil.
— J.C.C: Si hay indicios de delitos hemos de informar o si recibimos cualquier información que se considere de interés policial. Por ejemplo, al comandante de puesto de Andratx le interesa saber que un multimillonario de la lista Forbes ha comprado casa allí.
— C.V: La colaboración con los Cuerpos es permanente y constante. La relación, en general, es buena.