Un juzgado de Palma ha condenado a un joven a dos años y ocho meses de cárcel por provocar un accidente mortal en la carretera de Esporles. El acusado circulaba en un Ford Focus C-Max a 104 km/h, invadió el sentido contrario y colisionó de manera frontal contra un Opel Combo en el que viajaba un hombre. La víctima falleció en el acto y el joven fue trasladado hasta el hospital tras resultar herido. Ninguno de los conductores llevaba el cinturón. La jueza ha absuelto al procesado, español de 28 años, del delito de conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas por un error de la Policía Local al llevar a cabo la prueba de alcoholemia.
Los hechos ocurrieron sobre las 5.40 horas de la Nochebuena de 2017. El joven circulaba a 104 km/h por una carretera limitada 40 km/ h y chocó con el coche de la víctima. La sentencia declara probado que el conductor ingresó en el hospital con lesiones y el equipo médico le extrajo sangre. Arrojó un resultado positivo en alcohol y en cannabis, pero no se solicitó autorización judicial para realizar la prueba de alcohol mediante extracción de sangre.
Uno de los agentes que declaró en el juicio reconoció que no se pidió autorización para llevar a cabo la prueba y así determinar si existía o no ingesta de alcohol en el acusado. El policía dijo que hubo un error en el protocolo de actuación y que no se informó al juez de guardia para solicitar esta prueba. La jueza estima la cuestión previa planteada en el juicio por el abogado Tomeu Salas:«Debe concluirse que la prueba de la tasa de alcohol en sangre del acusado, que se realizó sobre las analíticas practicadas en el hospital con carácter previo a su intervención quirúrgica, no es una prueba válida», indica la sentencia. Ni hubo consentimiento por parte del joven ni existió resolución judicial que lo suple.