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Estafa de aceite de oliva en Mallorca

La Guardia Civil recibe más denuncias de víctimas por el fraude del aceite

Dos hombres relatan que el empresario les estafó más de 58.000 euros

Uno de los detenidos, en los juzgados. | ALEX SEPULVEDA

| Palma |

La Guardia Civil empieza a recibir más denuncias contra el detenido por una estafa masiva con aceite de oliva adulterado en Mallorca. Dos hombres han acudido al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) para manifestar que el empresario les estafó más de 58.000 euros. Los perjudicados crearon junto a P.G., el empresario investigado, un proyecto dedicado a la venta de aceite a nivel nacional e internacional. P.G. les comentó que tenía un cliente «buenísimo», según la denuncia interpuesta en Guardia Civil, que les compraba 37 palés de aceite virgen extra sin filtrar, de garrafas de cinco litros, valorado en 125.996 euros.

El supuesto comprador era un hombre que tiene franquiciados tres supermercados de una conocida cadena, lo que generaba confianza en el acuerdo. P.G., propietario de la sociedad Oro Oleum, informó a sus socios que tenían que comprar el aceite a una empresa de Jaén por 87.216 euros. Iban a obtener un beneficio de 38.780. El hombre, según los denunciantes, empezó a ejercer presión para que compraran el aceite porque si no perdían al cliente «buenísimo». Como aún no habían constituido la empresa decidieron comprarlo a través de Oro Oleum y las dos víctimas efectuaron una transferencia de 29.071 euros cada uno al presunto estafador. Los denunciantes viajaron a Chiclana (Cádiz) el 28 de agosto del año pasado para verificar la entrega de los palés de aceite y comprobaron que uno de los trailers efectuó la descarga. En vista que todo iba según lo acordado abandonaron el lugar y se quedaron a la espera del pago de 125.996 euros por parte del franquiciado de los supermercados.

En octubre se reunieron los cuatro y el propietario de los supermercados les comunicó que había sufrido una estafa que no detalló y no podía abonarles la cantidad acordada. En el transcurso de la reunión, la conducta de P.G. «era sobreactuada», mostrando una actitud agresiva hacia el dueño de los establecimientos para hacer creer a los denunciantes que él también era víctima de la estafa.

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