Los más de 8.000 coches abandonados registrados en la capital balear se están convirtiendo en refugio improvisado de toxicómanos para inyectarse sus dosis de ‘caballo'. La policía ha detectado que, en los últimos meses, los adictos a la heroína busquen refugio en vehículos abandonados ubicados especialmente a las afueras de la ciudad, junto a parques o colegios. De hecho, es habitual que sean los menores quienes en su ruta habitual al centro de estudios informen a los agentes de la presencia de toxicómanos con las jeringuillas clavadas dentro de los coches. Un dato objetivo es el aumento de forma alarmante la presencia de coches abandonados en la capital balear. Fuentes policiales estiman que el número total de estos vehículos supera con creces los 8.000.
Son Castelló y Can Valero son dos de las zonas más castigadas por el abandono de vehículos y la dejadez por parte de las autoridades municipales. Le sigue muy de cerca Nou Llevant, Son Gotleu, La Soledat, es Rafal, Son Cladera, Son Fuster, Son Malferit (Son Güells), sa Taulera y el polígono de Son Oms. Otro punto negro son las inmediaciones del polideportivo Germans Escalas.
Las personas que abandonan de forma intencionada sus vehículos tratan de dejarlos siempre en lugares de fácil aparcamiento para no levantar sospechas. La policía confirma que no retiran coches porque no tienen sitio para dejarlos. Esta situación y la eliminación de aparcamientos está generando la desesperación de los vecinos.